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El sistema de alerta Isabel-Claudina para la búsqueda de mujeres desaparecidas reporta al 13 de enero un total de 1 mil 792 casos activos en los que los familiares no tienen rastro de ellas hasta hoy. El 3 de enero la página de Facebook de Isabel-Claudina publicó la desaparición de Ana Lucrecia Cháves Ramírez de 23 años, pero inmediatamente ella reaccionó y escribió en la publicación: “no estoy desaparecida, simplemente me fui con mi hijo porque ya no quería seguir sufriendo los maltratos y golpes que mi esposo nos daba a mi hijo y a mí…”.

El sistema, a cargo del Ministerio Público (MP), reporta la desactivación del 91% de las alertas. Pero Wendy Ávila, una abogada especializada en litigar casos de mujeres víctimas de violencia nos dice: “Eso no es un éxito cuando la mujer tiene que decir “aquí estoy”, poniéndose más en riesgo”.   Lo que sucede con la alerta Isabel-Claudina, que una vez se desactiva, ahí termina el trabajo del MP, porque no hay un seguimiento a todas esas personas que han debido salir de sus casas por violencia. ¿Qué pasa con esta señorita que dice “aquí estoy”? No hay ninguna institución que la atienda, porque todas piden una denuncia, no se actúa de oficio.

Lucrecia Vásquez, directora del sistema Isabel-Claudina, nos dice que de las alertas emitidas en 2024, en 234 casos (13%) las mujeres tenían antecedentes con violencia intrafamiliar y 121 (6.7%)  sufrieron vejámenes. Hubo casos en las que las alertas se activaron más de una vez por la misma persona:

 “93 Fueron reincidentes, que se les da más acompañamiento por su nivel de riesgo y son referidas a redes de derivación: psicólogos, instituciones públicas o privadas que algunos tienen equipos multidisciplinarios. No obstante: tendríamos que revisar cuántas mujeres están siendo remitidas, porque tenemos en el ministerio de Desarrollo, de Economía; porque ellas están siendo empoderadas para no regresar a la violencia. 

Se refiere a que estas instituciones se han sumado para capacitar y dar herramientas a las mujeres para generar independencia económica. 

El aspecto económico es una de las causas por las que las mujeres vuelven al núcleo donde se encuentra el agresor, señala una psicóloga del Instituto de la Víctima, quien revela que 7 de cada 10 mujeres regresan con sus agresores porque éstos las manipulan y les hacen creer que no pueden sobrevivir sin su sustento. 

Génesis Urbina, jefa de la dirección Contra la Violencia Sexual de la Secretaría Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Persona (SVET) nos dice: 

El hecho de que una mujer sea independiente económicamente no la exime de ser víctima de violencia, pero es un factor de protección el empoderamiento con dos componentes: económico y psicológico que tiene que ver con autoestima y redes de apoyo. 

El caso de Ana Lucrecia Cháves Ramírez fue una de las alertas desactivadas, solo cuando ella salió a desmentir su desaparición.  En Facebook se lee: “Ya hablé con las autoridades de MP y aclaré mi situación: no le sigan creyendo a este hipócrita, ya que él tiene varias denuncias, no solo mías sino de otra mujer que también lo denunció por violencia”. 

La joven madre señala que fue su propio agresor quien denunció su desaparición. En la red fue felicitada por tomar la decisión de iniciar el 2025 fuera del círculo de violencia. Al 13 de enero, el sistema reportó 166 mujeres no localizadas. Cada día se activan 4 desapariciones.

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