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Proyecto de vida: Irse de Guatemala o estudiar en otras naciones para no regresar
La falta de oportunidades para desarrollar sus capacidades en Guatemala, la ansiedad por estudiar en otros países para obtener más conocimientos e ingresos, aunado a los efectos económicos de la pandemia, ha hecho que el perfil de los migrantes “estudiantiles” cambien y que se traslade al área urbana, especialmente con los recién graduados. El 20 […]
Publicado el 17 Dic 2021

Proyecto de vida: Irse de Guatemala o estudiar en otras naciones para no regresar

La falta de oportunidades para desarrollar sus capacidades en Guatemala, la ansiedad por estudiar en otros países para obtener más conocimientos e ingresos, aunado a los efectos económicos de la pandemia, ha hecho que el perfil de los migrantes “estudiantiles” cambien y que se traslade al área urbana, especialmente con los recién graduados.

El 20 de octubre último, se viralizó en redes sociales el anuario de los graduados del Liceo Guatemala, en donde muchas de las metas radicaban en irse del país. Los mensajes causaron burlas y se pensó que se trataba de bromas, aunque para los expertos  solo evidencian una realidad.

Para Jair Dabroy, coordinador del departamento de Investigaciones Sociopolíticas de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes)  el problema de las migraciones irregulares ya no es exclusivo de áreas rurales, sino de quienes poseen un título de nivel diversificado u otras especializaciones equivalentes, lo cual se ha evidenciado en áreas urbanas desde hace una década.

“En las clases media y media alta, cuando los jóvenes salen de diversificado,  ya ni siquiera hacen los exámenes de admisión en Guatemala, los jóvenes buscan las oportunidades en el extranjero y  manifiestan abiertamente a sus padres que no quieren estar en el país”.

Para Dabroy, una década atrás, las becas que otorgaba el gobierno o incluso el sector privado se perdían aunque fuesen para bachillerato, licenciatura o doctorados, debido a que nadie quería salir del país.

Una encuesta realizada en el segundo trimestre de este año, por el Programa Mundial de Alimentos y la Organización de Estados Americanos con el apoyo de más entidades, y que abarcó a 11 mil familias de 12 departamentos de Guatemala, El Salvador y Honduras, revela que el deseo de los centroamericanos de migrar a otros países se ha incrementado, pero solo una fracción de los entrevistados tenía un plan serio para hacerlo.

Las migraciones hacia Estados Unidos ya no son exclusivas de áreas rurales, dicen expertos.

El informe destaca que cuatro de cada diez hogares encuestados, un 43% de los entrevistados, expresaron el deseo de migrar de forma permanente a otro país en un plazo de un año, en comparación con el 8% que hubo en 2019.

También recoge como un 3% afirmó estar haciendo preparativos concretos para migrar. Las personas que experimentaban inseguridad alimentaria tenían una tendencia mayor para irse de sus países de origen y representan el 23% de los entrevistados.

Rosario Martínez, directora del programa Migración y Desarrollo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) refiere que en las décadas de 1970 y 1980, el número de migrantes los encabezaban los hombres. Sin embargo, a partir de 1990 la necesidad y el incremento de la pobreza obligó a que incrementara la migración de mujeres jóvenes.

 “En 2018 y 2019 empezamos a observar un cambio de perfil del migrante. Con el covid -19 vemos migrando a profesionales, personas que se ubican en el sector de comercio, servicios y turismo, con un perfil académico de diversificado”.

Martínez dice que la evidencia de esos casos son las entrevistas que hicieron en las casas del migrante en México, entre personas que están de paso y buscan asentarse en Estados Unidos, sin intención de regresar a sus países de origen.

 “En Estados Unidos hay más oferta de empleo. El salario mínimo por hora varió para los migrantes irregulares, antes era US$5.25 el  promedio por hora, actualmente en Miami que era donde menos se ganaba, están ganando US$11 la hora y si nos cambiamos de Estado, el promedio va de US$11 hasta los US$23 por hora como en Nueva York, eso es un factor de atracción muy fuerte”.

Martínez resume que el proyecto de vida de los nuevos graduandos es migrar a Estados Unidos u otros países para desarrollarse y no volver.

 

 

José Manuel Patzán