Thelma Cabrera del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP); Roberto Arzú de PODEMOS; y Carlos Pineda de Prosperidad Ciudadana son tres candidatos presidenciales excluidos por el sistema electoral que han emprendido una cruzada por el voto nulo. Pineda, el candidato que lideraba las encuestas con 23% de intención de voto, tomó los micrófonos y dijo:
“Un llamado al no a las elecciones, voto nulo; el voto nulo nos da el derecho de botar las elecciones, necesitamos 3 millones de guatemaltecos que anulen el proceso”.
Los cálculos de 3 millones de votos nulos parten de que en el proceso electoral 2019, se emitieron unos 5 millones de votos válidos (62%) de 8 millones de empadronados. Actualmente el padrón consta de 9.3 millones y con estas cifras, la victoria del voto nulo se ve cuesta arriba dice Renzo Rosal, analista político y catedrático universitario.
Yo le veo posibilidades mínimas, bajo el sistema político que tenemos, tomando en cuenta la alta dosis de clientelismo y que en estas elecciones es grotesco con el uso de recursos públicos y privados, pensar que haya 4 millones que voten nulo me parece inviable.
Si se toman en cuenta los porcentajes de intención de voto de las últimas encuestas y se traslada a número de votantes, Pineda tendría 1.4 millones de votos; Cabrera y Arzú, menos de 500 mil cada uno, por lo que no lograrían sumar los 3 millones si sus votantes aplicaran el voto nulo, lo cual es poco probable señala Rosal:
En la práctica, el elector –salvo el caso del MLP– que sí tiene un voto más militante, pero los votantes de Roberto Arzú y Pineda no tienen esas características. Ellos pueden llamar al voto nulo, pero creo que el elector más bien se puede inclinar a buscar otro candidato, pero difícilmente van a apoyar a Sandra Torres, Zury Ríos y Sammy Morales, yo diría que ellos están descartados.
Rosal, más bien cree que si bien crecerá el voto nulo, no será significativo para repetir la elección presidencial ya que se necesitan 50% +1 de los votos nulos; en cambio cree que tendrá mayor crecimiento el abstencionismo.
Cirilo Pérez, secretario general del MPL y candidato a diputado, dice que el voto nulo es una oportunidad para que su partido pueda hacer nuevas asambleas si se repiten las elecciones, pero a la vez ve riesgo:
“Hay un riesgo porque lo ideal es que se pasara de los 3 millones, pero si no se llega, se puede favorecer a alguien más, pero con esa claridad se ha tomado la decisión de promover el voto nulo, pero con lo que vemos en redes sociales es posible que se superen las expectativas”.
Roberto Arzú es más optimista:
“Va a ser una aplanadora increíble, es una mezcla de rechazo al hartazgo al sistema corrupto y este fraude electoral”
Las reformas a la ley electoral de 2016 que incluyeron el voto nulo, no prohíben repetir las elecciones con los mismos candidatos; el artículo 203 bis, solo señala que se deberán hacer las postulaciones correspondientes. Los candidatos excluidos pretenden la repetición de elecciones para incluir su participación, pero de llegarse a repetir ¿Qué garantiza que puedan participar? Arzú:
Si gana el voto nulo con el 50 + 1, yo te garantizo que no hay posibilidad de que nadie se atreva a bloquear las candidaturas, porque es la decisión del pueblo y no habrá posibilidad, porque el pueblo manda.
El voto nulo se estrenó en las elecciones 2019 y si bien no fue suficiente para repetir la elección de diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen), sí sobrepasó los récords nacionales: de 7.6% en 2015, en 2019 logró 20.3% de rechazo de los guatemaltecos, con 1.3 millones de votantes que dijeron no a elegir diputados al Parlacen.
Un antecedente reciente ocurrió en febrero de este año cuando el Tribunal Electoral de Ecuador anuló las elecciones de Calalí del cantón Quitó, un pequeño distrito con 3 mil 800 electores en donde el voto nulo superó los votos válidos y debieron repetirse las elecciones.