Los padres invierten sumas importantes en la educación de sus hijos. Para algunos, pagar una cuota mensual de Q300 representa el mayor esfuerzo, otros pagan más de Q6 mil, pero ambos buscan lo mismo: dotar a sus hijos de las mejores capacidades para el éxito en el futuro.
Pero ¿cómo saber si un colegio marca la diferencia y prepara a sus alumnos para grandes oportunidades? El Mineduc tiene la respuesta: se trata del Índice Socioeconómico y Cultural (ISEC).
Cada año, los graduandos llenan un formulario que acompaña la prueba de la Digeduca. Allí responden a una serie de preguntas sobre su estilo de vida, cuyas respuestas buscan integrar todas las variables que revelan su nivel socioeconómico. Estas características se pueden dividir en cuatro grandes categorías: propiedades de su vivienda (piso, paredes, techo, tuberías), qué servicios básicos reciben (agua, luz, teléfono, internet), qué bienes posee en casa (cuántos y cuáles electrodomésticos, etc.) e indican el nivel educativo de sus padres (el grado más alto que alcanzaron).
La Digeduca toma esta información y crea el Índice Socioeconómico y Cultural (ISEC), un ejercicio replicado en todas las evaluaciones educativas diagnósticas del mundo. Este índice se calcula por alumno y eso determina el promedio del establecimiento. Al tener la data de todo el sistema, se dividen los colegios en cuartiles y se calcula un promedio de cada uno. Luego, se compara el resultado con el promedio del cuartil. Si ese instituto obtuvo un punteo superior al promedio, quiere decir que le aportó conocimientos adicionales al alumno. Si salió por debajo, quiere decir que se hizo menos de lo que se podía con los recursos disponibles o que estos no se canalizan hacia objetivos educativos.
En términos simples: hay establecimientos que obtienen resultados excelentes, pero ya se esperaba que puntearan así. Mientras que hay otros que obtuvieron niveles de logro mucho más bajos, pero se desempeñaron por encima de lo esperado. Eso quiere decir que el colegio aportó muchos más conocimientos y el ISEC de ese establecimiento es mayor.
¿Sus resultados son los esperados?
Una tercera parte de los resultados de graduandos se pueden explicar a través del ISEC. Este índice ofrece un cálculo con base al nivel socioeconómico de los alumnos que indica cómo debieron puntear en la prueba de graduandos. Luego esa cifra se compara con el resultado real. Y así es como se puede determinar si el colegio añadió méritos a sus estudiantes o no.
Por ejemplo, se esperaba que el Liceo Educativo Técnico Evangélico de Patulul, Suchitepéquez, obtuviera 578.12 en lectura y 552.35 en matemática. En realidad, logró 717 puntos en lectura y 928 en matemática. Eso quiere decir que ese establecimiento dio un valor agregado de 138.8 puntos en lectura y 357.6 en matemática a sus alumnos. Este ejemplo parece bastante lógico porque la mayoría de sus alumnos se ubicaron en el nivel “Excelente” en ambas materias.
En contraste se encuentra el caso del Liceo en Ciencia y Tecnología de Occidente, ubicado en la cabecera departamental de Chimaltenango. En este establecimiento solo el 41.55% de los alumnos aprobó el examen de lectura y el 12.68% el de matemática. Se esperaba que obtuviera 483.63 puntos en lectura y 473.31 en matemática. Sus resultados fueron superiores: alcanzó 533 en lectura y 515 en matemática. Eso quiere decir que ese colegio le dio un valor agregado de 49.76 puntos en lectura y 41.68 en matemática a sus alumnos.