El jueves pasado, durante la homilía de una misa en una iglesia de la zona 1 de Villa Nueva, el sacerdote hizo un paréntesis y rogó a los asistentes rezar por la seguridad del cardenal Álvaro Ramazzini.
La petición inusual responde a tiempos críticos: el jueves pasado, Ramazzini anunció en su programa La Voz del Pastor que recibió advertencias sobre una posible orden de captura en su contra.
“Fue alguien de los 48 Cantones que me llamó y me dijo que me apoyaban, porque había una demanda judicial contra mi”.
La Hora informó que el Ministerio Público aclaró que no hay denuncia ni proceso contra el cardenal. Un día después, Ramazzini comunicó que el gobierno de Guatemala envió una carta al Vaticano para quejarse de su comportamiento en la coyuntura política.
El año pasado Monseñor presentó la “Convergencia Nacional en Resistencia”, un grupo de organizaciones activos en denunciar los abusos de las autoridades.
El contenido de la comunicación enviada al Vaticano es desconocido. ConCriterio consultó al ministerio de Relaciones Exteriores, pero Comunicación respondió que no informarán sobre el tema.
La salida del Cardenal al extranjero generó incertidumbre sobre la razón, pero vía chat, Ramazzini explicó a ConCriterio que viajó para participar en el Adveniat para América Latina, una campaña en Alemania para recolectar fondos que apoyan templos y proyectos latinoamericanos. Ramazzini aseguró que volverá en una semana.
Esos hechos son un reflejo de cuán tensas están las relaciones entre el Gobierno de Alejandro Giammattei y la Iglesia católica.
Hace dos semanas el congreso excluyó de la agenda la iniciativa para exonerar de impuestos a dos organizaciones de la caridad católica. Esta acción alertó a congresistas como Armando Castillo, diputado de VIVA.
“No quisiera pensar que es un revanchismo y que se está legislando con el hígado, porque sabemos que ha habido algunos sacerdotes que, incluso desde la homilía, han pronunciado discursos contra la corrupción y el gobierno.”
En efecto, en el último año, sacerdotes han sido críticos de las autoridades desde las mismas homilías.
Como el sacerdote Raúl Castañaza en Monjas, Jalapa, en septiembre 2022: Este gobierno ha elegido lo peor para gobernar, porque él de lo peor. Necesita gente semejante a él: sinvergüenzas, corruptos.
La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) también ha señalado al gobierno y al Ministerio Público. En un comunicado reciente condenaron las acciones del MP contra los resultados electorales.
Esas tensiones, a criterio de Roberto Sancam, mayor del ejército nicaragüese en el exilio, pueden ser solo el inicio de una cruzada más represiva, como ocurrió en Nicaragua:
Uno de sus primeros pasos es atacar la credibilidad de la Iglesia para alejar a la ciudadanía. Creo que ese es un guión que esta gente sigue, casi al pie de la letra. Lo que pasa es que Ortega ha ido mucho más allá.
Pero monseñor Gonzalo de Villa, arzobispo metropolitano, no ve que Guatemala llegue a parecerse a Nicaragua: No creo, son más las especulaciones.
Hugo Mazariegos, excandidato a la vicepresidencia por el partido Victoria y pastor de la Iglesia Presbiteriana Central, cree que estos enfrentamientos acabarán con la toma de posesión del nuevo gobierno.
Yo no creo que, en primer lugar, al gobierno actual le dé tiempo, aunque tenga el deseo profundo de querer hacer algo. Tampoco creo que Semilla entre con un espíritu antirreligioso.