El anuncio de construir un teleférico en Antigua Guatemala se promueve como un nuevo atractivo turístico para la ciudad colonial y el mismo presidente Alejandro Giammattei lo anunció durante la inauguración de la segunda fase del Museo Nacional de Arte de Guatemala (Munag) el 1 de agosto. Los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes) salieron al paso y son los primeros grupos que se oponen a dicho proyecto, afirman que se dañará el patrimonio cultural.

La comuna antigüeña confirmó que el proyecto de teleférico será un medio de transporte turístico que se construirá entre el casco urbano de la Antigua Guatemala y el Cerro de la Cruz a una elevación de 135 metros de altura. Aún no es público dónde se construirán las estaciones de abordaje ni el costo. Este será parte del proyecto que desde hace un mes comenzó en el Cerro de la Cruz, donde se construyen caminamientos, graderíos, parqueos, muros de contención, rampas para personas con discapacidad, módulos de servicios sanitarios, un teatro al aire libre y un mirador.

El vocero de la municipalidad de Antigua Guatemala, Hugo Castillo:

«Será otro atractivo más que incrementará la cantidad de visitantes que llegarán al Cerro de la Cruz, todo el proyecto para restaurar el lugar tiene un avance del 30 o 40 por ciento. El ministerio de Cultura y Deportes estima que la obra solo en el cerro terminará en cuatro o cinco meses, posteriormente se continuará el teleférico».

El costo de los trabajos en el Cerro de la Cruz es de Q2.6 millones para un espacio de 2 mil 796 metros, una cantidad que no contempla la construcción del teleférico.

La obra está a cargo del ministerio de Cultura y Deportes, aunque no fue posible obtener más información del Departamento de Comunicación de dicha Cartera, que atendió la solicitud, pero no respondió. Tampoco se pudo establecer comunicación escrita ni telefónica con el ministro Felipe Aguilar.

Aunque a primera vista estas obras parecen prometedoras para la ciudad colonial, los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes) no están de acuerdo. Eso dice Carlos García, vicepresidente de la Coordinadora de Cocodes de Antigua, cuyos líderes y vecinos  han protestado en contra de las obras en el Cerro de la Cruz: 

«Es una violación a las leyes protectoras del patrimonio, vemos como aberrante la propuesta de construir un Teleférico, no porque un presidente lo quiere hacer se debe hacer, lo vemos como alteración al patrimonio de la humanidad. El patrimonio de la Antigua no solo es monumentos, incluye el cuidado de su entorno natural, sus áreas verdes».

Los Cocodes afirman que hay proyectos municipales que solo dañan el patrimonio de la ciudad colonial.

Este malestar, según García, es porque quieren convertir Antigua Guatemala en un “nuevo Cayalá” sin el consenso de los Consejos Municipales de Desarrollo (Comudes). 

 «Quieren disfrazar los proyectos para avanzar estratégicamente, por ejemplo en el área sur de la Antigua están aprobando proyectos habitacionales; en el área del rastro que es municipal, se plantea hacer un centro recreativo con piscinas de olas; según ellos va enfocado a la distracción de los antigüeños, pero es para crear plusvalía en las fincas que se encuentran alrededor y que van a ser lotificadas.  Están haciendo proyectos privados pero que no concuerdan con la Antigua Guatemala».

Los vecinos y Cocodes afirman que también se quiere vender el terreno donde se encuentra el mercado municipal, pero el alcalde de Antigua Guatemala, Víctor Hugo del Pozo, descartó esas acciones, así como la venta del rastro municipal pues asegura que este fue clausurado pues funciona en condiciones “poco saludables”.

Entre otras obras polémicas se encuentra la construcción de una megaiglesia en un terreno de 7 mil 858.88 metros cuadrados. El proyecto es impulsado por Ministerios Gratia por medio de la sociedad anónima Gratia Holding Group (GH Group). La obra se pretende construir en el kilómetro 4 de la carretera que conduce a San Juan del Obispo, aunque todavía no cuenta con la autorización municipal.