Una esperanza para otros. Un pasatiempo o simple curiosidad: Tinder, la aplicación geosocial que permite a los usuarios comunicarse con otras personas para conversar y concretar citas e incluso encuentros sexuales, atrae a miles de guatemaltecos.
En el mundo son ya 50 millones de usuarios que han navegado por la red en busca de una pareja. En Guatemala, aunque es la red menos popular que Facebook o Twitter alcanza 500 mil usuarios según José Kont, director de operaciones de ILifebelt Media, empresa de trasformación digital en Centroamérica. Pero los temas que tienen que ver con el romance y la sexualidad siempre serán controversiales y polémicos, dicen tres de personas conectadas en dicho espacio. De entrada, admitir que están en dicha red es un tabú y por eso los tres decidieron no estar identificados en esta nota. Vamos a llamarles: a ellas Nicole y Emma; a él, Marcos.
En Tinder encontrarás lo que buscas coindicen los tres: amor, amistad o aventuras.
En las chicas hay una coincidencia: las dos crearon el perfil después de una ruptura amorosa. Eso le sucedió a Emma, agente de ventas, de 48 años:
Estuve sola por mucho tiempo y algunos amigos me dijeron que probara Tinder, que había funcionado para muchas personas. Así lo hizo y se quedó: tuve muchos prejuicios, miedos a qué iba encontrar, temor a que invadieran mi espacio, pero fue un proceso de aprender a manejar a los diferentes perfiles que uno encuentra en la red.
Sí, ya que asegura que de cada 10 citas 4 buscaban aventuras sexuales:
La primera experiencia fue fatal, me topé con gente que solo busca sexo y que invadían tu espacio personal a la cual tuve que bloquear.
Pero las experiencias para Emma han sido más positivas que negativas, logró por un tiempo establecer una relación sentimental y aunque no fue extensa, valora otros aspectos:
Identifiqué que había gente con la que yo era compatible y logré construir una amistad.
Nicol, gestora digital de 24 años, incursinó en Tinder por curiosidad, asegura, “para no estar aburrida”. La usó en otros países, pero al llegar a Guatemala la experiencia no fue la misma.
Cuando estoy de viaje, uno se siente más libre de conocer gente y en otros países es más aceptada la aplicación, en cambio en Guatemala, el problema es que es una ciudad tan pequeña que todo el mundo se conoce entonces no es tan libre, es un tabú para conocer gente.
Aunque tuvo algunas citas, quedaron en el pasado. En cambio, logró crear vínculos con profesionales, que la han apoyado en el campo laboral.
Marcos, un español de 38, estudiante de doctorado, de temporada en Guatemala, afirma estar dispuesto a todo en Tinder, aunque está consciente de los peligros.
Los riesgos de Tinder son los que Bauman llama “amor liquido”… Hace una comparación entre la modernidad sólida que podría ser la vida de los abuelos y el amor liquido es el “amor Tinder” en el que uno no está satisfecho con lo que tiene porque siempre tiene la percepción de que hay algo mejor a la vuelta de la esquina. Es como que a un golpe de clic o un movimiento de dedo tiene otra persona mejor que la que tiene al lado.
Para algunos Tinder resuelve conflictos personales de relaciones interpersonales que, a través de la red, desaparecen. Su uso en Guatemala es entre personas de entre 20 y 35 años, según Kont, mayormente hombres.