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El silencio de los condenados en los casos llamados Construcción y Corrupción es atronador. No quieren opinar y tampoco autorizan a sus abogados a referirse a la absolución de Alejandro Sinibaldi, exministro de Comunicaciones, a quien la semana pasada la jueza Abelina Cruz libró de cargos, pese a que las investigaciones apuntaban hacia él como artífice de la gran corrupción en el ministerio de Comunicaciones entre 2012-2014.
Hay por lo menos una docena de constructores y colaboradores de Sinibaldi ya condenados en este caso por lavado de dinero y asociación ilícita u obstaculización a la acción penal, derivado de la contratación de obra pública.
El expresidente de la Cámara de la Construcción, José Luis Argüello, es uno de ellos: en 2017 admitió que sobornó a Sinibaldi con Q1.5 millones para agilizar el pago de deuda de arrastre.
Sindicado José Luis Agüero confiesa y revela cómo pagó a Alejandro Sinibaldi un soborno del 15% por el pago de deuda por obra. @soy_502 pic.twitter.com/ycK1iQF7vM
— Evelyn de León (@evelynndeleon) August 4, 2017
A medida que avanzaron las investigaciones y revelaron una estructura de empresas de cartón creadas para recibir sobornos, Sinibaldi escapó de la justicia durante 4 años, pero en 2020 se entregó y prometió confesar la gran corrupción: “¿Cuál es mi función ahora? Contar lo que hace falta por contar y digo que lo que se conoce de Construcción y de Odebrecht solo es la punta del iceberg. En ese momento también apuntaba: “En el caso de SIGMA, de la CA2 Oriente, es muy similar a Odebrecht, en donde se compraron al menos 146 voluntades; en mi experiencia tanto CONASA y SIGMA son los Odebrecht.
Se refería a dos de las grandes constructoras de obra pública en el país, cuyos propietarios han sido también condenados por corrupción.
Solo cuatro años después, Sinibaldi pasó de ser acusado y confeso a un hombre inocente, víctima de conspiraciones, se reconoce. Mientras el resto carga con el peso de la culpa, como su exasistente Anelisse Herrera, quien hace un mes fue encarcelada ya que, a solicitud de Sinibaldi, una Sala de Apelaciones anuló su acuerdo de colaboración con la justicia para delatar a su exjefe.
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David Pineda, defensor de varios acusados en esta causa, señala que hubo fallas en el caso como la inclusión de colaboradores eficaces:
“No podían incluir colaboradores eficaces y se fueron por el camino fácil cuando dijeron: “Anelisse cuenta historias y los demás también, entonces procesemos a todos”. Eso hubiera sido factible si se hubiera tenido un caso de delincuencia organizada, pero los empresarios estaban señalados de actos de corrupción, no de integrar una organización criminal; eso hubiera requerido que se manifestara con ciertos requisitos y nunca se hizo”.
En cambio a David Gaitán, exinvestigador de este proceso en la desaparecida Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), enumera desde el exilio que las evidencias fueron más allá de delaciones: “Tiene suficientes pruebas, para que Alejandro Sinibaldi pueda ser condenado. Existen los informes financieros de las rutas del dinero; salían de las empresas constructoras finalmente llegaban a empresas de Sinibaldi y su familia; se entregaban facturas de empresas que no existieron, los representantes de estas empresas declararon que fue a solicitud de Sinibaldi que abrieron las compañías; muchas de esas personas están condenados por asociación ilícita y lavado de dinero y no porque hayan aceptado cargos, sino porque así lo estableció el procedimiento”.
ConCriterio solicitó una entrevista con fiscales del Ministerio Público (MP), pero no respondieron.
Gaitán advierte de los efectos de beneficiar a Sinibaldi:
“Los que ya están cumpliendo condena van a intentar que sea revisado su proceso. A quienes fueron condenados por procedimiento abreviado su sentencia está cumplida; quienes no han ido a juicio, intentarán evitarlo. Pero no creo que lo tengan más fácil, porque lo que hizo el juzgado de Mayor Riesgo D, que mandó a la cárcel a la secretaria, pero dejó libre al cabecilla.
Hasta ahora el MP, no responde si apelará la sentencia o si también guardará silencio. Sinibaldi enfrenta otros procesos como el caso ARCA, Transurbano, Cooptación del Estado y Cooperacha y Odebrecht, en el cual también ha sido beneficiado con la anulación de los acuerdos de colaboración.