Guatemala tiene un alto déficit en infraestructura escolar a todo nivel, pero esto se refleja más cuando se analizan el número de centros educativos básicos y diversificado: el sector oficial solo cuenta con 3 mil 279 escuelas en básicos y 677 para diversificado. Floridalma Meza, exviceministra técnica de Educación durante el gobierno de Óscar Berger, tiene una explicación:

“Durante muchos años el Ministerio de Educación (Mineduc) se ha dedicado a la educación primaria y se ha descuidado el básico y no digamos el diversificado. Estos son dos ciclos que han quedado en manos de la iniciativa privada. Entre 2019 y 2021 hubo una caída en el ciclo básico de más de 76 mil 450 alumnos y en diversificado 37 mil 300, lo cual es terrible porque es donde más estamos teniendo problemas y más cuando la población mayoritaria es de jóvenes”.

La exfuncionaria señala que la situación solo desincentiva la continuidad educativa y promueve las migraciones de jóvenes:

“Hay un 14% que se va porque no tiene opción a educación, aunque la situación económica es otro factor importante”.

Entre 2020 y 2021, el ministerio de Educación recurrió a evaluaciones opcionales para medir el desempeño de los alumnos. Los expertos dicen que los resultados no miden el estado de la educación ni el impacto de la pandemia.

Meza refiere que estos desaciertos de la gestión educativa se reflejan en el desempeño de los estudiantes en las pruebas que miden sus habilidades, las cuales son visibles hasta 2019:

Los resultados en estudiantes de nivel básicos han sido desastrosos: el nivel mínimo de aprendizaje en tercer grado de primaria era de 61% en lectura y 65% en matemáticas. En sexto grado no alcanzan las competencias mínimas el 84% en lectura, 93% matemáticas y 91% en ciencias. Y si así estábamos antes de la pandemia la gran pregunta es ¿cómo estamos ahora?

Otro fallo, señala la entrevistada, es que no existe planificación: el Mineduc se encarga de la remozar  establecimientos y Comunicaciones de construir, pero al no ser de su competencia, cree que se le resta importancia a la construcción de edificios escolares, la pandemia ha sido el periodo de gran oportunidad al estar vacías las escuelas:

El problema de falta de centros educativos viene de muchos años, uno de los puntos para no hacerlos era porque los niños estaban en clases, pero ahora con la pandemia se tuvo dos años de oportunidad y no se hizo.

La intervención política también ha dañado el sistema:

Habitualmente hay injerencia de los diputados, especialmente en el nombramiento, y ese proceso debe de modificarse, porque si no tenemos a los mejores docentes en las escuelas ¿qué les vamos a enseñar a los estudiantes? Los diputados no tienen que tener intervención en la contratación de nadie.

La exfuncionaria señala que el sistema requiere un censo puntual para conocer las necesidades de centros educativos y docentes que requiere el país, pero afirma que lo que se tiene no es suficiente.

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