La pandemia obligó a los centros educativos a desplazarse al espacio virtual. Para los alumnos de la jornada nocturna de la Universidad San Carlos de Guatemala, la tecnología sirve poco para resolver los problemas ya existentes: las corridas a las aulas para alcanzar cupo no han cambiado: el hacinamiento se trasladó al mundo digital.
En noviembre de 2019, la universidad registró 219 mil 223 estudiantes inscritos a nivel nacional. Y de estos, el 36% asiste a la jornada nocturna.
Pablo Vaides, de 21 años, es estudiante de Psicología por las noches. Algunos cursos de Vaides cuentan incluso con 220 alumnos:
“En zoom sí hemos tenido problema porque la plataforma que usa la licenciada no es premium, entonces solo pueden entrar 100 estudiantes.”
Nelly Sutuc, de 22 años, es secretaria de asuntos universitarios en la Asociación de Estudiantes “Oliverio Castañeda de León”. Ella cuenta que esta denuncia es común:
“Muchos estudiantes han presentado problemas acerca de esto, hemos brindado acompañamiento de distintas unidades académicas. Varios alumnos se quedan afuera, como es el caso de Derecho, también Psicología. Vemos el caso también con los estudiantes de primer ingreso que han sido afectados por las plataformas. Hemos estado en contacto con algunas autoridades administrativas, tal es el caso de Derecho, la escuela de Trabajo Social y de Físicas y Matemáticas.”
La facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales llega a sumar 250 estudiantes en determinados cursos. Ante el obstáculo, la decana de Derecho, Astrid Lemus, explica:
“Nosotros hemos trabajado para poder suplir esa carencia de la facultad, estamos próximos a empezar a utilizar una plataforma virtual. Empezamos las clases del 20 d e julio, pero confiados al uso que cada docente hiciera de los medios que había utilizado en el semestre anterior. Como muchos usan plataformas de acceso gratuito, tienen limitado el número de estudiantes que pueden ingresar. Si hubiéramos tenido más colaboración de docentes y estudiantes ya estaríamos trabajando en esta aplicación. Ha sido ajeno, yo recibí la facultad y no había ningún trabajo previo.”
Los profesores aseguran que ellos mismos deben buscar cómo resolver el problema. Leticia Urizar imparte el curso Epistemología del Trabajo Social en la jornada nocturna de la licenciatura de Trabajo Social. Ella cuenta:
“Yo personalmente adquirí una licencia de zoom. Es la herramienta con la que más familiarizados están los estudiantes y es de las más amigables.”
En otros casos, fueron los estudiantes quienes encontraron la solución. Vaides, el chico de Psicología:
“Lo que hemos estado haciendo es que alguien entra a zoom y retransmite por Meet, así los que no entramos a zoom podemos ver la clase. La idea de Meet fue de un compañero: el primer día nos dimos cuenta del cupo y de que no podríamos entrar todos, entonces, quedamos de que alguien se encargará de retransmitir por Meet. Ese mismo día le hablamos a las autoridades y dijeron que iban a accionar. Nos dijeron que se le iba a pagar a la licenciada Zoom Premium, pero no se hizo. La solución que nos dio la escuela es tener a alguien de fijo, una compañera que siempre entra al zoom y nos retransmite.”
Alejandra Recinos, jefe de la Unidad de Entornos Virtuales, asegura que Google Meet y el sistema de videoconferencia CiscoWebex, han estado disponibles para los docentes desde marzo. Hasta el 7 de agosto, 4 mil 848 profesores habían solicitado las plataformas. Ella atribuye la falta de implementación a poca información y capacitación docente.