Un mes después de tomar posesión como rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), Walter Mazariegos suma más señalamientos negativos que positivos: el sindicato de trabajadores lo responsabiliza de despidos injustificados y de provocar inestabilidad laboral; los docentes opuestos al proceso de elección del rector son sometidos a auditorías; y muchos estudiantes se sumaron al paro o simplemente perdieron el ánimo en las clases virtuales, una modalidad que seguirá por tiempo indefinido ante la toma de las instalaciones universitarias desde el 1 de mayo. No está claro el desenlace de esta protesta.
El principal castigo a trabajadores opuestos a la elección del Rector, son los despidos masivos o contratos para tres meses que posteriormente se anulan asegura Pedro Fernando Pérez Santos, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la USAC (STUSAC). Las autoridades administrativas, asegura, no respetan las resoluciones judiciales para evitar despidos y cumplir con reinstalaciones.
«Esta administración simplemente le ha dicho a los trabajadores que ya no se presenten. A veces por mensajes de WhatsApp o por llamadas empiezan a despedir, sabiendo que hay una orden de juez para no hacerlo. Hay despidos en jefaturas, docentes y secretarias. Hay trabajadores que tienen 8 o 16 años de trabajar sin ninguna sanción administrativa y simplemente los despiden».
En la USAC hay 12 mil trabajadores en distintas áreas. Las personas afines a Mazariegos, asegura Pérez Santos, gozan de mejores condiciones laborales.
«Son las direcciones de la administración central, porque a ellos los nombra el Consejo Superior Universitario de una terna que presenta el rector. Y al trabajador operativo lo tienen en zozobra».
Walter Mazariegos no contestó las llamadas telefónicas de ConCriterio. El director general de Administración de la USAC, Luis Pedro Ortiz, indicó en una entrevista con Canal de Antigua que se ha acercado a los trabajadores para apoyarlos. Y, según él, la administración dará prioridad al diálogo con los estudiantes, por lo que el Consejo Superior Universitario (CSU) ya nombró a los miembros de la Comisión de Diálogo y esperan que los estudiantes en oposición también conformen sus representantes para buscar soluciones.
Los estudiantes que ocuparon diferentes sedes de USAC rechazaron esa comisión.
Byron Garoz, integrante de la Asamblea permanente por el rescate de la USAC, dice que en el primer mes de Mazariegos en la Rectoría se han registrado represalias.
«Están dirigiendo auditorías en diversas unidades académicas para pedir informe de actividades, son auditorías con nombres directos de docentes o de quienes están en resistencia».
Estudiantes de 20 unidades académicas se declararon en paro. Desde que comenzó la pandemia en marzo 2020 hasta la toma de las instalaciones de la USAC el 1 de mayo, las clases continuaron en línea. Y se ha notado deserción dice Garoz.
«Hay un fuerte grupo de alumnos que dicen que apoyan el paro y no quieren recibir clases, muchos ni siquiera se asignaron, otros no se conectan. Los profesores abren las clases por cumplimiento».
No solo es resistencia, dicen los docentes, es también falta de interés. En el caso de la Escuela de Ciencias de la Comunicación y Ciencia Política, académicos que prefieren omitir su nombre, dicen que no todos ingresan a la clase virtual ni terminan la clase: se conectan 10 o 15 minutos y abandonan la sesión.
Carlos Maldonado, docente de la escuela de Historia.
«Hay ventajas y desventajas de las clases virtuales, está más cómodo en su casa, pero lo que hacen muchos es que solo se conectan, no encienden la cámara y ni están escuchando la clases, los que se hacen daño son ellos».
Las asambleas estudiantiles de odontología, agronomía, ciencias químicas y farmacia se declararon en paro estudiantil ante la elección de Mazariegos. Sin embargo, los docentes refieren que las clases virtuales continúan y son los alumnos los que deciden si se conectan o no a la sesión.