La variante Delta del Covid-19, ha puesto de nuevo en aprietos al sistema sanitario del país. Hospitales públicos y privados se han visto al borde del colapso por la cantidad de pacientes que han sido atendidos en sus unidades de cuidados intensivos e intermedios. Los centros han experimentado algo más con esta variante: las áreas de emergencia están recibiendo a núcleos familiares completos y, por lo contagioso de esta cepa, casi nadie queda libre del virus en casa cuando surge un caso.
Eva Mayen una mujer de 36 años nos habla a ConCriterio desde uno de los módulos del hospital del Parque de la Industria donde ingresó de emergencia el fin de semana. En su casa, su hijo de 9, su mamá y su hermano se contagiaron, de ellos solo el niño no ingresó a un hospital.
El primero fue mi hermano lo aislamos, pero ya había contagiado a mi mamá, luego mi hijo y por último yo. Los 4 empezamos a tomar el kit de emergencia, pero nos agravamos; mi mamá y mi hermano fueron los primeros en ser hospitalizados, a mi hijo lo lograron establecer y por último yo que me faltó el oxígeno y, todos tuvimos que tomar un tratamiento más fuerte.
Aunque da gracias a Dios porque su hijo no tuvo que ser internado, para la familia ha sido un suplicio:
“Para mi hijo ha sido difícil, de la noche a la mañana que toda su familia enferma, él enfermo y tener que asimilar que yo esté en el hospital y que se tenga que quedar sin mis cuidados. Y no sobre todo no saber como lo vamos a librar”.
Hugo Escobar, de 60 años y su esposa de 58, llegaron hace 15 días al mismo hospital con sus pulmones inflamados. Él dejó el centro asistencial martes, pero la angustia no termina pues su esposa sigue internada, aunque con mejoría.
Es doloroso porque así como entramos los dos, esperábamos salir juntos. Da tristeza porque uno como pareja quiere estar juntos. Pero así es la vida: uno se curó primero y después el otro.
La pareja acudió al hospital al mismo tiempo, pero fueron a módulos diferentes, cuando su esposa mejoró pasó al mismo espació y se reencontraron. Eso los animó:
Yo iba a almorzar y no la había visto; ella me miró y me llamó -por teléfono- y me dijo “aquí estoy con vos, estoy en la cama 71” me fui a verla y me llené de gozo.
Apoyo emocional
Daniel Rivera, coordinador de la Unidad de Psicología, del Hospital del Parque de la Industria, nos dice:
Hemos visto como 4, 5 o 6 integrantes de familias llegan al hospital de ellos dos o tres se van a intensivo. Nos ha pasado que dentro del hospital les hemos tenido que decir que su familiar será ventilado, o también no pasó que el único contacto que nos quedaba del núcleo familiar es otra persona ventilada en otro modulo del hospital o en otro centro.
El psicólogo cuenta que los efectos emocionales en las familias son devastadores y el hospital también aplica tratamiento para esos traumas, aunque las secuelas son contundentes:
Nosotros damos seguimiento a personas que salieron del hospital y nos dicen “no puedo salir de la casa”, queda fobia a volver a una vida normal.
Para los profesionales de la salud mental hay momentos complicados y el psicólogo cuenta uno de ellos:
“por protocolo todos los pacientes que van a ser intubados, el medico llama al psicólogo y los preparamos emocionalmente; llamamos a la familia a través de videollamada para que tengan la oportunidad de verse, porque hay riesgo. y muchas veces se convierte en la última llamada para verse, para despedirse, para pedirse perdón o reconciliarse”.
Para remediar esta situación, cuando el paciente sale de intensivo se le presta atención psicológica en conjunto con su núcleo familiar.
Niegan asistencia
*Al momento de la transmisión de esta nota a través de la radio, Alexander García Aguilar -oyente ConCriterio- se comunicó con este programa y rechazó lo afirmado por el psicólogo. Según el oyente, su papá René García Culajay de 59 años falleció en 2020 en el hospital del Parque de la Industria y señala que «jamás me informaron que lo iban a entubar, no me pude despedir ni darle un entierro digno».
Dele play para escuchar la nota en audio: