La falta de acceso a agua en la zona 18 ha obligado a los vecinos a modificar sus hábitos y costumbres: espaciar sus días de baño, por ejemplo, o usar vasos y platos desechables. Esa es la vida de María Victoria Aguilar, una ama de casa de 52 años y comerciante de la colonia Renacimiento, en aquella zona de la ciudad:
“Además de que se paga el recibo del agua hay que gastar en comprar agua en toneles, pero la gente solo compra un par para asearse y utilizarla en el baño, porque no da para el lujo de ensuciar trastos y lavarlos. Entonces también se gasta en vasos y platos desechables”.
A medio kilómetro, en la colonia Juana de Arco, las actividades no son diferentes, los 4 hijos de la señora Siomara Minera, de 46 años, comen también en platos desechables como muchos de sus vecinos y ¿la ducha? Implementaron la del avioncito, responde la comerciante entre risas:
Aquí hasta dos o tres días no se han bañado, solo se hacen “la ducha del avioncito”: el motorcito y las alitas se limpian.
Aunque se lo toman con humor, ha sido una década de suplicio. El agua empezó a escasear y aseguran que ha habido temporadas de 15 hasta 30 días sin que de los chorros salga una gota: puro aire.
Se ha ido agravando. Por ejemplo: ayer llovió y hoy ya no hay agua. Y ¿Qué les responden? Que están limpiando los pozos o nos dicen que van a informar a tal persona. El punto es que nadie quiere decir qué es lo que está pasando.
Los vecinos se suministran comprando toneles que cuestan hasta Q25. Y solo esa ha sido la única solución que han encontrado ya que ni las manifestaciones y acciones legales les llevan el agua. En abril, bloquearon la ruta al Atlántico y fueron reprimidos por antimotines; posteriormente plantearon un amparo ante la Corte de Constitucionalidad (CC) la cual resolvió a su favor y se apercibió a la municipalidad de Guatemala a regularizar el servicio, pero aunque han respondido, las mejoras consisten en días de recibir agua solo 20 minutos, según los vecinos.
Este reportero solicitó a comunicación social de la comuna una entrevista con Crista Foncea, gerente de la Empresa Municipal de Agua (EMPAGUA), pero al cierre de la nota no hubo respuesta.
Carlos Flores, subgerente de servicio al cliente, durante una citación con el diputado Cristian Álvarez, dijo que no se trata de escasez sino de fallas en el sistema de distribución:
Nosotros empezamos a tener problemas en el Atlántico que es la que alimenta las planta Las Ilusiones. Los problemas han sido 100% técnicos: primero tuvimos suspensiones de energía -ajenos a EMPAGUA- y volvíamos a arrancar las plantas y en una de esas suspensiones tuvimos problemas con una de los 3 unidades -bombas- y nos surgió un problema con la línea de conducción y eso obligó a darle mantenimiento a otra que sufrió daños. Y resultas que luego tuvimos fallas en otra unidad más, entonces se presentaron irregularidades.
El funcionario reconoció que son entre 2 y 3 meses que han presentado irregularidades, pero que se realizan los trabajos para normalizarlo,
“Nosotros no podemos solo sacar un cheque e ir comprar los equipos, eso lleva una serie de procesos legales y tiempos”
Si bien la las autoridades de la municipalidad afirman que no es cuestión de abastecimiento, hay organizaciones que analizan lo contrario:
Gerardo Paíz, ecologista del colectivo Madre Selva, calcula que en 2025, en Guatemala habrá déficit de más o menos 200 millones de metros cúbicos de agua.
Datos del Fondo Mundial para la Naturaleza, apuntan que en Guatemala hay:
Agua total: 116 kilómetros cúbicos
Agua per cápita: 10.920 metros cúbicos
Extracción per cápita: 139 metros cúbicos
Uso doméstico: 9%
Industrial: 17%
Y de acuerdo con datos del Global Water Partnership, el déficit de agua en Guatemala es 30%. El total de agua para consumo en actividades familiares.