Los relatos de violencia en servicios de trasporte de pasajeros como UBER e InDriver son cada vez más frecuente. Al punto que la Policía y el Ministerio Público (MP) formaron, hace dos meses, una sección especializada en investigar y detener a los grupos que han agredido a estos usuarios.
El 23 de julio en Twitter, ahora X, un usuario publicó su tragedia:
“Ayer por la noche pedimos un UBER cerca del Palacio. A una cuadra y media de subirnos, paró y se subieron tres personas: uno sobre mí, otro adelante y el último a la par de mi amigo. Nos taparon. Nos pidieron las claves de los celulares y de las tarjetas; el que iba sobre mí me iba apuntando y pegando con una metralleta. Llegó un punto en donde solo respiré y dije “aquí me quedo”.
Para esta nota aunque ConCriterio lo contactó, él respondió que no está bien para hablar de lo sucedido.
En sus redes, el muchacho describió que la pesadilla duró unos 20 minutos y terminó a la orilla de un barranco en Ciudad Nueva, zona 2. En la publicación cuestiona: ¿qué podemos hacer con UBER?
César Estrada, fiscal contra el secuestro, responde que siguen casos con énfasis en cierto trasporte: El MP integró un equipo multidisciplinario en el que se suman varias fiscalías para abordar estos hechos que están ocurriendo en taxis piratas o sin registro.
-Uber e Indriver tienen registro a través de una plataforma ¿cuáles son los casos que registran de estas compañías? El 90% de los casos son vehículos que no están registrados, pero los casos en estas plataformas son pocos. El fiscal no aportó estadísticas, pero sí compartió la modalidad:
Esta situación se ha estado dando cuando hay conciertos o donde hay participación masiva de personas: llaman al vehículo, les cancelan y posteriormente aparecen otros, pero que ya no son parte de esta aplicación.
ConCriterio entrevistó a dos víctimas que afirmaron que denunciaron los hechos. El fiscal afirma que desconoce pues los casos pueden estar en diferentes fiscalías. Hasta la fecha, asegura, no hay investigaciones sobre Uber ni InDriver.
La unidad especial está integrada por fiscales especializados en secuestros, delitos contra la mujer y crimen organizado. Por ejemplo si hay agresiones a mujer hay un protocolo especial; al final se le da atención al caso como un fenómeno criminal.
ConCriterio contactó a una mujer que fue víctima en agosto, tiene 30 años y es vendedora. Había asistido a un concierto con colegas, pidieron un InDriver en los alrededores de Miraflores; a la vuelta de abordar el carro, unos sujetos hicieron el alto, se subieron sobre ellos y empezó la pesadilla. Ella terminó en el hospital con varias heridas en la cara y los dientes destruidos (le pegaron con la culata de la pistola). Ella declinó hablar al micrófono, pero contó que los delicneutnes consumieron Q9 mil con su tarjeta de crédito, además exigieron transferencias de dinero.
Su denuncia la presentó al MP al siguiente día, pero el piloto ya había eliminado su perfil de la aplicación. Los investigadores le dijeron que eso era frecuente.
ConCriterio habló con dos pilotos de InDrive y UBER quienes creen saber qué pasa. Roberto Rivera: porque entró mucho taxista y traen mañas.
Tom Sazo: el problema es que ahora hay demasiado taxista y creo que trajeron las mañas para UBER.
A través de su empresa de relaciones públicas, UBER no admitió la violencia: “Si bien ninguno de estos lamentables casos recientes está relacionado con Uber, compartimos la preocupación frente a la situación”. Indriver no respondió.
Las dos empresas tienen controles de seguridad y registro de los pilotos, como la carencia de antecedentes y actualización constante de fotografías, pero ni el conductor cumple ni el usuario se percata. Uber ha aplicado al menos 30 medidas de seguridad y la más reciente es un , PIN que emite el sistema y que deberá proporcionar el conductor para verificar que está en el vehículo correcto.
En septiembre 2002, la PNC detectó una banda de al menos cinco taxis piratas en San Juan Sacatepéquez, que secuestraron y ultrajaron mujeres abordo.