El viernes de la semana pasada, los audios de un adolescente que amenazaba con disparar un arma, recorrieron como pólvora los chats de padres de familia. Las grabaciones llegaron a salas de redacción y el incidente subió de tono al punto que los estudiantes debieron suspender la jornada en el colegio Montessori, ubicado en Carretera a El Salvador. Todo se trató de una broma, dice hoy Rita Arriaza, mamá del estudiante, quien ahora recuerda el caos de hace días:
Pero cómo es posible que algo salido de las manos, sin investigar bien primero los hechos. En varios lugares publicaron que el niño se había bajado del bus con una pistola y a él desde que llegó le quitaron su mochila y, enfrente de mí, en reunión con todos los directores vaciaron todo y no había nada.
La mamá dice que la conversación surgió con compañeros con quienes su hijo hablaba de videojuegos:
Lo triste fue que solo circularon los audios y no las otras respuestas en donde unos se reían de esos temas de cuando juegan PlayStation.
El artículo 59 la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (PINA) establece que los menores de edad tienen derecho a que se les proteja de toda información y material impreso, visual, electrónico o audio que pueda ser perjudicial o nocivo para su bienestar.
Pide no ser juzgado
En una nueva grabación de audio difundida ayer por la familia del estudiante, el chico dice: “No se vale que todo un país me juzgue por algo que no soy” (…)
“Estoy consciente de que todas las personas del mundo nos equivocamos, fue un error pensar que mis palabras no tenían importancia y hoy sé que tienen más poder del que imaginaba. A pesar de que haya cometido una equivocación, los medios de comunicación tienen la obligación de proteger la identidad de menores de edad. Lo que se publicó en redes sociales fue una mala broma de la que me arrepiento de todo corazón”
El niño, por recomendación de las autoridades del colegio ha sido retirado del establecimiento educativo, luego de la filtración de los audios. La familia vivió días complicados, pero en especial el chico:
Cuando yo llegué el me decía: ¡por favor no me saqués del colegio!
Ana de Molina, exministra de Educación, opina:
El colegio pudo haber pensado que había riesgos con otros padres en pensar que no había control, lo que sí creo es que el chico no debe ser etiquetado para siempre por este error, se debe considerar su disculpa y brindarle ayuda.
Edson López, abogado de la Asociación de Colegios Privados con especialidad en estos casos, dice que el hecho pudo resolverse de manera diferente, pero la mediatización complicó el asunto. Además, opina que separar al estudiante de ese entorno es frecuente por el bienestar del menor:
Un incidente de esta naturaleza no solo afecta a una persona sino a una comunidad educativa en general; en este caso si el muchacho regresa, va haber un aislamiento natural que lo puede afectar, porque puede que hayan estudiantes que si se hayan tomado en serio el tema y le tengan miedo y los papás de los demás escolares pueden instruir en los chicos en qué es lo que tienen qué hacer.
La mamá del estudiante dijo que ahora buscarán otras opciones escolares, como clases en casa; además de brindarle ayuda profesional para sobrellevar la situación.