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¿Plástico en la comida?: una investigación apunta a contaminación en la sal que consumimos
Una investigación de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) alerta que en las cocinas del país condimentamos los alimentos con plástico a través de la sal producida en la costa pacífica de Guatemala. Investigadores del laboratorio de análisis químicos de la Facultad de Ingeniería de la USAC estudiaron en 2020 el material salino […]
Publicado el 26 Jul 2021

¿Plástico en la comida?: una investigación apunta a contaminación en la sal que consumimos

Una investigación de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) alerta que en las cocinas del país condimentamos los alimentos con plástico a través de la sal producida en la costa pacífica de Guatemala. Investigadores del laboratorio de análisis químicos de la Facultad de Ingeniería de la USAC estudiaron en 2020 el material salino extraído en esa región del país pues en Europa y Asia identificaron cantidades importantes de plástico en la sal. El resultado: 13 marcas de este producto que circula en el mercado contienen residuos de organismos que pueden ser tóxicos para el ser humano.

Ingrid Benítez, coordinadora del laboratorio de investigación:

Guatemala tiene 2 procesos extractivos: uno a través de bombeo de mar y notamos que se obtuvo cantidades importantes de partículas por kilogramo: de 700 a 5 mil.

El elemento que mayor se detectó fue el polietileno, utilizado para la fabricación de bolsas de plástico. La producción anual mundial de este compuesto es de 80 millones de toneladas y según las investigaciones contamina la vida en el mar y a la vez se traslada al humano en productos como: agua, animales y sal.

Según Ibáñez la investigación abarcó la producción de sal artesanal, no obstante, en supermercados de la capital 13 marcas muestran contaminación de plástico, aunque el estudio no aclara si es producción industrial o  artesanal.

Determinamos que la mayoría de estas sales contenía polietileno de alta densidad que era el plástico más abundante.  Las 13 muestras encontramos que tenían partículas, las concentraciones de la sal de mesa estaban por bombeo de agua de mar entre 900 y 2 mil 100 partículas por kilogramo y las que provienen de manto friático entre 500 y 5 mil.

 

Francisco Tambito, productor de Sal artesanal desde hace 10 años en Sipacate, Escuintla, duda de los hallazgos:

No se de qué manera ellos encontraron el plástico, porque todo lleva un proceso y quizá donde se pueda contaminar el producto sea ya cuando llega al empacado, pero en la producción no. Recuérdese que las máquinas que fabrican la bolsa a veces sueltan pedacitos de plástico.

Este empresario produce sal artesanal y señala que en el mercado local esta sal registra una producción anual de unas 2.5 millones de quintales. Mientras que la sal industrial es importada de Honduras, Brasil o México y en el país solo se purifica y seca. En el caso del producto que ellos trabajan explica:

La mayoría sacan el agua de pozo, no viene del mar hasta de 12 y 15 metros de profundidad se extrae el agua y muy difícil que esté contaminada. Donde pueda ser que pueda llegar contaminación es a través del aire o cuando queman la caña, ahí sí hemos tenido problema.

Ester productor más bien asocia los hallazgos de la investigación a otros aspectos:

A la sal artesanal le están buscando pretextos para podernos atacar, por eso que han querido establecer el fluor.

En noviembre 2019 el presidente Jimmy Morales, a través de un acuerdo gubernativo, emitió modificaciones al reglamento de fortificación de la sal en Guatemala. La medida ejecutiva provocó que ciertos grupos como la Comisión de Salud Bucal junto con de Acción Ciudadana plantearan un amparo ante la Corte de Constitucionalidad (CC) en oposición a este, ya que la disposición incluyó la “sal artesanal” como una variedad del producto y los dejó fuera de la fortificación con flúor y yodo,  no obstante, la medida benefició a unos 50 mil productores del pacífico.

 

Henry Bin

Periodista

Sobre Henry Bin

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