A grandes rasgos podemos definir a un asesor financiero como un profesional cuya tarea es ayudar, a quienes así lo soliciten, a descubrir cuáles son sus necesidades financieras. Para definirlas analiza circunstancias pasadas, presentes y futuras de su cliente así como otros factores importantes como la edad, el patrimonio, su profesión y su situación familiar, entre otros.
Tras analizar estos factores, el asesor brinda al cliente una serie de recomendaciones para ayudarle a mejorar el control de su dinero, salir de deudas o realizar inversiones acertadas.
Hoy existe una gran cantidad de mitos y verdades acerca de los asesores financieros. Nuestra amiga y experta en finanzas personales de “Plata con Plática”, Ela Miranda, nos ayuda a descubrir si los mitos más populares en torno a este tema son verdad o mentira.
Verdad o mito: ¿Todos necesitamos un asesor financiero?
1. Los asesores financieros son solo para gente con mucho dinero
Este es uno de los mitos más grandes en América Latina y es totalmente falso. Hay que tomar en cuenta que en Estados Unidos y en la mayoría de países de Europa las personas entienden que el trabajo de un asesor financiero no solo les servirá cuando quieren invertir.
También resulta muy útil contar con uno cuando se quiere salir de deudas o mejorar tu situación financiera, así que, todos podemos necesitar uno.
2. La educación financiera parece básica, pero toma mucho más que sentido común
La educación financiera se define como la congruencia entre dos cosas: El conocimiento de la parte teórica del tema y los hábitos o comportamientos que te pueden llevar por un buen o mal camino. Por ejemplo, las personas saben qué es y cómo se usa una tarjeta de crédito, pero si gastan más de lo que ganan o no pagan a tiempo, esas acciones son las que provocan los problemas financieros. Lo importante es entender ambas partes de la educación financiera, asesorarse y no solo quedarse con los conocimientos básicos.
3. Un vendedor de seguros, un agente de banco o vendedor de plan de retiro NO es un asesor financiero.
Lamentablemente, varias empresas de seguros, bancos o entidades financieras han disfrazado a sus vendedores como “Asesores Financieros”. Recuerda que un asesor financiero hace mucho más que solo vender un producto o servicio. Un asesor financiero real busca el beneficio de su cliente, te ayuda a decidir cuál es la mejor opción para tus finanzas y no solo te vende un servicio específico.
4. La gente con madurez financiera se da grandes lujos
Este mito es parcialmente cierto. Cuando una persona alcanza un nivel de madurez financiera, sí puede darse algunos lujos. Lo importante es saber identificar qué es lo que más te conviene. Si tienes los recursos solo para gastar o si ese dinero lo puedes invertir en algo que te genere más ingresos. La decisión queda a discreción de cada quien.
5. La educación financiera te volverá tacaño
Hay que saber marcar la diferencia entre una persona tacaña y una persona ahorradora. Los ahorradores tienen bien claro cuáles son sus metas y objetivos a cumplir, por lo que llegan a administrar su dinero para poder lograrlo. No es que una persona se vuelva tacaña con la educación financiera, solo aprende a reorientar sus gastos hacia los objetivos que realmente le interesa cumplir.
En conclusión, hay que tener claro que cualquier persona que lo necesite puede contratar un asesor financiero. El precio del servicio de un asesor va a variar dependiendo del fin para el que se necesita. Por ejemplo, no se paga lo mismo por resolver una simple duda en una sesión, a las varias citas de asesoría que se necesitarían para salir de deudas.