Durante el fin de semana los vacacionistas buscaron un lugar cómodo y barato para hospedarse, aunque se encontraron con que los precios del Airbnb y los hoteles incrementaron. No es así dicen empresarios hoteleros y propietarios que alquilan sus propiedades. Ellos afirman que el negocio se recupera en la “temporada alta de turistas”, debido a la llegada de salvadoreños que aprovechan sus vacaciones por las fiestas agostinas.
Gustavo Rodríguez es un joven de 30 años que hace un mes decidió pasar las vacaciones en Izabal junto a su esposa. Antes de viajar, buscó un hospedaje en Airbnb:
«Estuve averiguando en algunas casas cerca de Playa Dorada, pero los costos no bajaban de US$100 por noche y un hotel me cobró Q350 la noche. Es una gran diferencia y en el hotel tenía atención de personal».
El incremento a los costos de hospedaje de Airbnb siempre ha dependido del sector, pues a la aplicación solo se paga una comisión de 12% de la cuota que se cobre al inquilino y el único costo son los insumos de limpieza, incluidos en la tarifa, afirma Leonel Castellanos, un joven abogado que alquilaba su apartamento ubicado cerca de la Plaza Central en el Centro Histórico de la zona 1 de la capital.
Un apartamento de una habitación en la zona 16 de la capital, con una cama, servicio de wifi, cocina, agua caliente y un parqueo se cotirza en US$36 por noche, unos Q252. Un costo que por lo que se ofrece es “elevado” dice el auditor Marvin Quijivix, de 40 años, que prefiere pagar más por una casa mejor equipada en Antigua Guatemala.
«Me llamó la atención porque está rebarata, tiene cuatro habitaciones, un cuarto de dos camas y una habitación principal con baño privado. Todo por US$100 la noche, es en Panorama, una aldea de Antigua Guatemala, mucha gente escoge lugares en los alrededores de la Antigua porque son más tranquilos».
“La cuota que se paga por el servicio de Airbnb es la misma, no pagan impuestos y por eso son una competencia desleal”, dice Carlos Ramos, presidente de la Asociación de Pequeños Hoteles de Guatemala (Apehgua), quienes están afectados por ese servicio.
«Ellos le han subido el precio al Airbnb porque cada vez son más competitivos con respecto a los hoteles formales que estamos regulados, nosotros pagamos 12% de IVA, le damos 10% al Instituto Guatemalteco de Turismo y se paga 20% por noche en concepto de una tasa municipal que hay que ver la legalidad de la misma. Cuando comparan su precio con un hotel, ven que le pueden subir porque ellos no tienen una estructura de costos formal como la nuestra».
Ramos dice que normalmente en temporada alta, los precios para el huésped se incrementan, aunque considera que deben mantenerse, de lo contrario se deja de ser competitivo.
«Los precios de los hoteles están relacionados con la ubicación, los servicios que preste, la categoría y las amenidades que se otorguen. Tengo tres hoteles en Antigua y aunque la decoración y el nombre sean el mismo, los precios están entre Q549 y Q249, pero depende de la ubicación y los servicios. En temporada alta se cobra mejor y en temporada normal se hacen descuentos».
Jorge Mario Gil, quien tiene una propiedad en Antigua Guatemala, y alquila desde hace ocho años, dice que el negocio estuvo bajo durante la pandemia, pero ahora se recupera.
«Algunos están cobrando el doble de lo que nosotros cobramos por la propiedad. Cobramos US$115 por noche. En un fin de semana te caen de dos a tres reservaciones, pero cuando es un día festivo hay hasta 14 personas interesadas. A partir de la Semana Santa de este año, se ha visto un incremento en la demanda de alquileres y ya hasta se le pudo subir un poco a los precios».