A poco más de 5 meses de sus explosiones que provocaron una tragedia de enormes dimensiones, el Volcán de Fuego inició una nueva fase de erupciones que mantiene en alerta roja y anaranjada a comunidades de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango. El número de personas afectadas asciende a 76 mil 160.
Tras el evento del 3 de junio hay vecinos que decidieron regresar a residir a sus viviendas, pese al peligro. Alfonso Ismatúl, un residente de la colonia El Rodeo, en Escuintla, se queja que el único aviso que reciben emana de la propia naturaleza:
Como hace ruido el volcán rápido se despierta la gente y si ven que la cosa se agrava, uno se va para Escuintla.
Ismatúl dice que a través de los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocode) han solicitado mecanismos eficaces de avisos.
Lo hemos comentado en las sesiones que nos gustaría algo nos alerte ya sea de día o de noche. Que haya alguna alarma que haga bulla para que uno esté alerta y se prepare.
David de León, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), dijo que actualmente en algunas comunidades se utilizan silbatos o megáfonos en caso de emergencia, pero no descartó que a través de iniciativas de ley se establezcan otros mecanismos entre los cuales se proponen: sirenas o comunicaciones telefónicas.
“Hemos iniciado un proceso que ha incluido conversaciones con empresas de telefonía para generar un sistema de alerta, ya sea a través de mensajes de texto sin importar si tienen datos y que conozcan sobre las condiciones de alerta. Sin embargo, se nos ha indicado que debemos pagar por el servicio, cuando se trata de prevención y además que las frecuencias son del Estado.
El portavoz informó que como parte del sistema de prevención, instalaron sensores de infrasonido y detección y monitoreo de lahares, con lo cual se tendrán datos más exactos del fenómeno.
Entre el domingo y lunes fueron evacuadas 4 mil 123 personas y permanecen en bajo albergues 2 mil 230 otras 2 mil 374 fueron atendidas por diferentes causas.