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Consuelo Porras: la Fiscal del Golpe fallido
Consuelo Porras escuchó a los consejeros menos recomendables. Y se condenó a sí misma a vivir sin paz.
Publicado el 14 Jul 2023

Aún con toda su lealtad al sistema de impunidad para la corrupción, Consuelo Porras podía haber tenido un margen de negociación en el hipotético caso que Bernardo Arévalo ganara la Presidencia el 20 de agosto. Puesto que el Presidente no puede destituir a la Fiscal, excepto cuando haya sido vencida en juicio por cometer un delito en el ejercicio de sus funciones, la negociación entre uno y otro pudo haberse establecido de manera excepcional.

Convenir, por ejemplo, que no será el Ejecutivo quien promueva el procesamiento de la fiscal Porras por sus gestiones y omisiones al frente del Ministerio Público, a cambio, podría ser, del reencausamiento de la institución. Que deje de ser el arma, el instrumento de la venganza de los financistas de la Fundación del Terrorismo y sobre todo, que deje de ser el instrumento de enriquecimiento ilícito de quienes extorsionan para denunciar o no denunciar. Que se inicie una recuperación de la institucionalidad antes de dejar el cargo. Por difícil que en sus manos sea.

Pero la Fiscal General prefirió huir hacia adelante. Se declaró enemiga de quien tiene posibilidades de convertirse en Presidente y puso a los suyos a impedir que compita.

Azuzada por FundaTerror de manera pública (vía el net center) dio el paso en falso. De inmediato se encontró en solitario y frente a un alud de expresiones públicas, incluso de quienes han sido sus más fervientes partidarios que rechazaban el Golpe. Peor aún, sus amigos de la Corte de Constitucionalidad, a quienes ayudó a hacerse elegir, como Néster Vásquez, le dieron la espalda. Su actuación es interpretada de forma correcta en Guatemala y en todo el mundo como un esfuerzo por impedir que el electorado guatemalteco vote libremente. Su autoritarismo la lleva a decidir quién puede (sus amigos) y quién no (sus enemigos) competir en la elección.

Si ya era impopular ahora lo es doblemente. No por casualidad las protestas públicas hoy se concentran en contra de ella.

Su actuación incluso puso en aprietos a Sandra Torres, con cuya victoria la Fiscal General podría encontrarse casi tan cómoda como con Alejandro Giammattei. Excepto que Torres seguramente reclamaría por la posición de dominio que el Ministerio Público le otorga a FundaTerror en el sistema de justicia.

Sandra Torres ha debido salir públicamente a distanciarse de la acción contra el Movimiento Semilla. Es evidente que la mejor campaña a favor de Bernardo Arévalo y Semilla la han realizado en conjunto la Fundación del Terrorismo, Consuelo Porras y el siempre presto Rafael Curruchiche.

Todo a costa de la Fiscal, quien ha dejado de tener futuro o atarlo indisolublemente a Sandra. Ella es su única esperanza. Nadie puede removerla de su lugar, pero sabe que el sueño de un retiro en paz a partir de mayo 2026 es ahora inexistente.

Por eso mismo, y por su propia inseguridad, que la lleva a depender emocionalmente de otros actores poco estables en términos sicológicos, lo previsible es que intente una y otra vez poner tropiezos en el camino al candidato de Semilla, ayudándolo inadvertidamente, pero luego convirtiéndose, si éste gana, en un obstáculo para la gobernabilidad. La apuesta es que si llega al cargo lo intentará desaforar.

Pero los tiempos han cambiado. Consuelo Porras no sólo se ha quedado sola. Se ha convertido en material radioactivo y sus antiguos aliados lo empiezan a notar.

Juan Luis Font

33 años de hacer periodismo, reportear, conducir, fundar y dirigir medios.

Sobre Juan Luis Font

33 años de hacer periodismo, reportear, conducir, fundar y dirigir medios.