En junio del año pasado, Víctor Carrillo, vicepresidente del Banco Mundial (BM), advirtió que el progreso y bienestar de los niños y jóvenes corre riesgos si los países no enfrentan el retraso educativo de 1,8 años que provocó la pandemia del Covid-19. Según sus estimaciones, los estudiantes de hoy pueden disminuir sus ingresos a lo largo de la vida hasta en 12%.

Pero esa misión no parece ser objetivo para Claudia Ruiz, ministra de Educación, quien en una entrevista reciente con Noti7 resaltó como principal logro en los tres años de pandemia la entrega de dotaciones de alimentos a los estudiantes del sector oficial; en 2022 fueron 2.6 millones de raciones con una inversión de Q2.8 millardos: “Este para nosotros es un logro importante porque nos permite mantener la matrícula escolar”.

Las cifras del MINEDUC en su anuario estadístico revelan que un 5% de alumnos de a primaria y 4.5% de básicos desertó el primer año de la pandemia.

Pero basta conversar con un maestro para escuchar sobre el retraso real. Un caso real es el de la maestra Lucky Gramajo, quien en 2022 impartió cuarto primaria en una escuela de Retalhuleu.  A su salón llegaron 8 niños a quienes debió enseñar procesos de primero, segundo y tercero: leer, escribir, sumar y restar. Pero: había otros dos que definitivamente no me aprendieron a leer. Esta profesora asegura que las autoridades no promueven planes para nivelar a los estudiantes.

Ruiz no habla de programas que puedan reponer el aprendizaje, en cambio, para 2023 se enfoca, de nuevo, en el reparto de alimentos para escolares: llega la alimentación a los Centros Comunitaria de Desarrollo Infantil Temprano (CECODI) en donde atendemos a los niños de 0 a 4 años y también llegará a los de básico y diversificado.

En la oficina de comunicación del MINEDUC respondieron que la inversión prevista para este año es de Q3 millardos para atender a unos 3 millones de estudiantes. Con la ampliación, según las estimaciones con datos preliminares de alumnos inscritos en 2022 reportados en el portal, significaría cubrir por lo menos a 1.7 millones de estudiantes más y una inversión anual extra de unos Q885.2 millones.

La cuota diaria por cada escolar es de Q6, según lo dispusieron los mismos diputados en septiembre 2021.

Presidente Giammattei entrega dotaciones de alimentos.

Roger Calvillo, asesor magisterial en Retalhuleu, señala que el programa puede tener buenas intenciones, pero no cumple su cometido. Primero, según él, no garantiza que el estudiante permanezca en el aula:

En el área rural los papás dejan de mandar a los niños porque no alcanzan el rendimiento. He escuchado a una gran cantidad de padres que dicen “mi hijo no funciona para el estudio, mejor lo saco”.

Este docente señala también que las Organizaciones de Padres de Familia (OPF), no están capacitadas para el reparto de alimentos: En los acuerdos del programa se establece que deben apoyar a los productores locales y eso no se hace; tampoco los menús son adecuados para los niños; por ejemplo: en una escuela del altiplano de San Marcos, se supone que la dieta debería de llevar lácteos y es lo que menos consumen. La idea es buena, pero hay mala ejecución.

Retraso escolar por la pandemia es de 1.8 años.

¿Dotación de alimentos o desayunos preparados en las escuelas?

Cándida Ávila, directora de la Escuela para Niñas Aplicación de Belén, se queja: los papás no quieren involucrarse, en esta escuela hace 4 años solicitaron la contratación de una cocinera, pero no hubo respuesta del MINEDUC:

El gran problema que tenemos en la ciudad es que la mayoría de papás trabajan; no es como en los pueblos, regularmente la mamá no trabaja y puede llegar al centro a cocinar. En la capital quieren solo que uno les pase el informe de qué es lo que se va hacer y en qué se gastó. Ellos no se quieren meter en ir a comprar las cosas.  

El ministerio de Educación es la cartera a la que el Congreso de la República le asignó el mayor presupuesto: Q22.2 millardos.