Las autoridades de gobierno fijaron fecha para terminar el calvario de los conductores que deben cruzar por Chimaltenango a través de la carretera Interamericana.
Una vía alterna de 14 kilómetros se supone que librará la congestión vehicular en esa zona, la cual, desde hace una década provoca pérdidas económicas al país derivado del embotellamiento en la angosta vía.
El derecho de vía fue el principal tropiezo
El proyecto, que cuenta con 4 carriles, con ancho de vía de 14.4 metros, estaba previsto para concluir en abril de 2017; sin embargo, el derecho de vía fue un obstáculo para agilizar avanzar con la obra. Desde en septiembre de 2018, cuando el Congreso aprobó la ley de expropiación de tierras para la construcción de la carretera, se libraron las trabas que detuvieron los trabajos de construcción. En total, unas 2 mil familias debieron vender sus propiedades para dar paso al periférico.
Alfonso Muralles, integrante de la Junta Directiva de la Comisión de Turismo de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), dice que la carretera es un suspiro para el sector ya que recuerda las ocasiones cuando han debido esperar incluso tres horas para avanzar hacia las zonas turísticas del Occidente:
Esa demora demuestra nuestra falta de regulaciones, por quienes no querían vender o porque las leyes no proveen los mecanismos apropiados y ágiles para que las obras que benefician a la mayoría no se vean afectadas por unos pocos. Y que esa ley también tuvo que esperar a que existieran consensos, como que fuera un tema político.
No solo es Chimaltenango
El empresario de Turismo subraya que Chimaltenango no es el único caso y que proyectos similares deben planificarse en otros lugares:
San Lucas tendrá que tener su solución, ojalá no se demore tanto, ya se solucionó Barberena que también tiene un libramiento. Pero se tiene que continuar en algunos lugares como Teculután y la ruta al Atlántico.
El tema es falta de regulación en la construcción de comercios y viviendas a la orilla de la carretera en los centros urbanos. Por ejemplo, San Lucas se convirtió en otro embotellamiento.
Trabajos a toda marcha
Renova Ingenieros es la constructora a cargo de levantar los últimos 2.5 kilómetros. Bryan Rodas, vocero de la empresa, cuenta que trabajan contra reloj y con turnos 24 horas para para que la vía esté concluida el viernes de la próxima semana:
Ahorita en lo que se está trabajando es en señalización, esta semana se terminan dos bóvedas, el movimiento de tierra también se concluye estos días y se empieza a con la cinta asfáltica de concreto.
José Luis Benito, Ministro de Comunicaciones, explica que la nueva ruta desfogará la vía principal de Chimaltenango lo cual impactará en el traslado de personas y productos. El funcionario habla del costo de la obra:
Q451 millones con el contrato ampliado, más Q130 de adquisición de derecho de vía.
La ley establece que las municipalidades por donde atraviese la carretera, deberán ajustar sus planes de ordenamiento territorial para evitar que en el largo plazo, la ruta vuelva a congestionarse