Los 348 casos de hepatitis aguda que hasta ayer había contabilizado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 20 países han causado alarma debido a que el brote se ha registrado más en menores de edad y algunos han requerido de trasplantes de hígado. Su origen aún se desconoce, pues no hace parte de las cinco clases de hepatitis ya clasificadas.
Los vómitos diarrea e ictericia, que es la coloración amarilla de los ojos y la piel, son los principales síntomas de esta hepatitis. En Guatemala el ministerio de Salud Pública analiza un posible caso que es tratado en un hospital privado de la capital y emitió la alerta epidemiológica debido a que en otros países, los más diagnosticados son los menores de 16 años.
Las hepatitis A, B, C, D y E se identifican por medio de análisis de laboratorio y se determina qué las provocó: desde secreciones corporales de una persona infectada o comida contaminada. Sin embargo, el temor en esta hepatitis es que el 10% de los enfermos necesitan un trasplante de hígado, dice Erwin Calgua, epidemiólogo clínico del hospital San Juan de Dios.
«Emergió la hipótesis de que esta enfermedad se asocia a la vacuna anticovid, pero el 80% de los casos son niños de 1 a 10 años, población que o no ha recibido la vacuna o tiene muy poca intención de vacunarse. Cuando se empezaron a estudiar virus asociados a esta hepatitis se encontró que el 60% de los pacientes tenían adenovirus, un virus muy común que, de hecho, en Guatemala circula en época de lluvia y de frío, pero que pueden afectar el intestino y el hígado».
Según Calgua, no es de extrañarse que estos virus afecten más cuando los niños tienen dos años de usar mascarilla y estar en confinamiento, pues su organismo no ha creado las suficientes defensas ante estos microorganismos.
«Las hepatitis están relacionadas con la higiene y se cuidó mucho por la pandemia, pero ante el relajamiento de las medias creemos que van a subir los casos, especialmente los de hepatitis A, B y C, aunque son más manejables, de esta nueva hepatitis no hay mayor información».
Salud recomienda tomar medidas básicas de higiene, como lavarse las manos, cubrirse al toser o estornudar para prevenir la transmisión del adenovirus que puede provocar la hepatitis.
La hepatitis no es nueva para Guatemala e incluso ya podría existir un subregistro de esta nueva clase, dice el epidemiólogo José Ortíz.
«Que se esté dando un brote en menores es algo que la OMS investiga y por eso dio una alerta. El ministerio ha tenido brotes de hepatitis y ni cuenta se da, deben haber varios casos, la vigilancia epidemiológica es pésima en Guatemala».
La hepatitis de clase B, es la más común de contraer pero que según Ortiz, está relacionada con el cáncer hepático.
«Hay problemas de coagulación, absorción de vitaminas, cirrosis, depende de la susceptibilidad del hombre o niño si puede ser leve o grave».
La jefa del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, Lorena Gobern, advirtió que en estos momentos cualquier niño menor a 16 años con síntomas de hepatitis puede ser considerado como caso sospechoso y pidieron que los prestadores de servicios de salud estén en alerta ante la presencia de esta enfermedad.