¿Por qué Dios nos hace esto? ¡ya estamos traumados! Expresó el usuario Chanderson502 en la red social de Tiktok. Transmitía en tiempo real la crecida en el oleaje desde Champerico, Retalhuleu.
“Para que vea el presidente lo que estamos sufriendo y así evacúen a las personas… estoy temblando”.
Las imágenes son elocuentes y se difunden desde todo el país a través de las redes sociales para mostrar decenas de comunidades anegadas. En algunas, como en Izabal, la historia se repite a menos de dos años de la tormenta ETA e IOTA.
“Morales está 70%, está destrozado por las aguas y si sigue lloviendo no sé qué nos va pasar”, esa opinión fue difundida por un vecino de Morales, Izabal, mientras mostraba en vivo, también a través de Tiktok, las casas cubiertas con al menos un metro de agua.
En zonas de Alta Verapaz e Izabal, en donde no es común el uso de lanchas, Julia obligó al uso de este transporte para rescatar o trasladar personas: ¡está brava la Julia con nosotros, está brava! Expresó un usuario de las redes sociales.
Blanca Coyoy, vive en el kilómetro 220, ruta a Chisec, Alta Verapaz, en 2020 perdió su vivienda construida con madera. Esa ocasión también quedaron bajo el lodo todas sus pertenencias. Hoy el miedo regresa:
“El agua ya está a la par de mi casa, nosotros estamos sacando nuestras cosas, a las 2 am empezamos a evacuar porque el agua empezó a subir y como tenemos niños pequeños, por ellos hace uno las cosas”.
Esta familia debió de ir a rentar un cuarto y a la fecha no se recuperan de las pérdidas de ETA e IOTA. “Perdimos muchas cosas materiales entre esas la casita que la desarmó el agua y tuvimos que comenzar desde nuevo”.
La mujer no precisa una cifra en perdidas, pero ha sido difícil. Ella es ama de casa y su esposo es albañil, tiene cuatro hijos, una nieta de tres años y su mamá de 65, con complicaciones de salud.
Las tormentas ETA e IOTA afectaron 9 departamentos en noviembre 2020 y de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, se estimaron 136 mil hectáreas con daños y 204 mil 500 familias afectadas. Las pérdidas económicas se calcularon Q 897 millones.
Wilfredo Morán, un empresario agrícola de Atescatempa, Jutiapa, estimó unos Q2 millones en pérdidas por ETA e IOTA, la recuperación la calculaba entre 5 y 10 años “Además de cosechas pérdidas, el ganado se dañó porque no tuvimos comida, perdimos muchas fibras, los suelos y los potreros se dañaron”.
No se recuperan y Julia impone su cuota de daños y efectos: ya hay un 20% de afectación en cultivos de este empresario: “ayer -domingo- nos tocó pasar la leche en tractor para el pueblo, porque el río estaba crecido, son mil litros y en un ratito se pueden perder Q5 mil”.
Rogeilio Cu, integrante de la Cooperativa Chicoj, en Alta Verapaz, dice esta asociación perdió con ETA e IOTA, 12 de 160 hectáreas de cultivo de café. En lo individual este caficultor perdió media manzana de cultivo:
A finales de 2021 volví a sembrar y tengo un temor terrible de que mañana o pasado se inunde otra vez.
Este hombre dice que los efectos de ETA, IOTA y Julia representan tres años de trabajo perdido y pérdidas económicas por arriba de Q20 mil. Los suelos no logran recuperarse, las inundaciones han compactado con sedimento unos 40 centímetros del suelo. En 2020 el ministerio de Agricultura, prometió entregar Q4 mil de apoyo a 105 mil familias afectadas por las tormentas a cambio de trabajar en mejoramiento de suelos, no obstante, por falta de presupuesto el programan solo cubrió a 33 mil.
El Instituto de Políticas Migratorias (MPI) calculó en 2021 que el 34 % de la región norte de Centroamérica vive en pobreza, derivado de lo devastador de las tormentas ETA e IOTA, que destruyeron las fuentes de alimentación de las personas y esto sumado la crisis económica por el Covid-19, han sido otros factores que ha provocado que la gente decida migrar a EE.UU.