El 24 de agosto 2019, la vida de la señora Blanca Raquec de 49 años, una comerciante de San Pedro Ayampuc, dio un giro y la pesadilla no termina tres años después:
“Yo venía de traer a mi hija de la escuela y, me subí a un bus de Llanos y Altos, ruta San Pedro Ayampuc; cuando veníamos por Llanos, el chofer le dio el bus al ayudante, en eso le dije que me iba a bajar, pero a la hora que me bajé él arrancó el bus, a mi nena aun me dio tiempo de subir subirla a la grada, pero a mi me pasó las llantas traseras en la pierna derecha”.
La mujer perdió su pierna. El caso de esta vendedora ambulante está por llegar a juicio, pero fuera del proceso penal nadie se hace responsable:
“El ayudante dijo que él no tenía dinero, la dueña del bus solo sacó su bus con deposito, la han llamado y no se ha presentado, el del seguro se acudió al juzgado, pero dice que ellos no pagan a terceros, pero yo dije que yo era pasajera de ese bus, pero el argumento de ellos es que yo ya estaba abajo y que ya no cubre”.
¿Por qué no le paga a Blanca, la aseguradora?
Christian Nolck, presidente de la Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros (AGIS):
Hay pólizas que están diseñadas específicamente para los pasajeros. (630) Y por eso el seguro que instruye el decreto 17-2020 es mucho más amplio: exige póliza de responsabilidad civil para cubrir a las personas que están fuera del vehículo, las de adentro, al piloto, la propiedad privada y pública; es mucho más amplio del de buses extraurbanos que solo pide una póliza para quienes pagaron un pasaje.
Y Blanca, reclama: no cubren a terceros, pero yo era pasajera del bus que me pasó encima
John Carroll, vicepresidente de la Asociación de Corredores y Seguros y Fianzas de Guatemala, aporta:
El pasajero cuando bajó del bus ya no es considerado un pasajero, eso no quiere decir que el dueño y piloto tengan responsabilidad en los daños causados, y si cumpliera con la ley tendría que tener un seguro contra terceros, y a través de este se debería negociar con la señora para pagarle los gastos médicos.
David Vásquez, tenía 16 años en 2019, cuando un tráiler, volcó y cayó sobre el carro donde viajaban sus dos papás de 40 años y sus hermanos de 5 y 7. Fueron meses, de dolor y suplicio con la aseguradora:
Fue muy difícil porque no ofrecían más de Q10 mil, tocó negociar por meses y decían que no podían dar más de Q50 mil y luego superaron los Q100 mil.
Un caso similar vive la familia Puac, también en Quetzaltenango, el mes pasado un autobús extraurbano mató a tres miembros de la familia entre ellos dos niñas y en medio del duelo, libran una batalla con la aseguradora.
El joven cuya familia murió en 2019 y que hoy tiene 19 años, cree que la presión mediática surtió efectos.
“Incluso a mí me callaron una vez, un abogado de la aseguradora me dijo que yo no tenía derecho de estar presionando a la aseguradora por los medios de comunicación”
Y, Carroll, expone:
“Es un tema difícil y sensible ¿cuál es el precio de la vida? Y cualquiera va a responder que no tiene precio, pero: es importante entender que los seguros son contratos y están sujetos a interpretación y eso hace complejo su utilización”.
En estos días las aseguradoras, transportistas y el gobierno llevan a cabo mesas de diálogo, para la implementación de seguro de responsabilidad a terceros. El presidente de AGIS reporta que quienes no se oponen y sus asociados ya reportan unos 40 mil transportistas que cuentan con la póliza:
nosotros teníamos mapeado que de los 40 mil que ya cuentan con este tipo seguro, en 6 meses se han pagado 24 millones -por accidentes-. Pero cuando uno ve el monto de siniestros que pagamos por concepto de seguros de vehículos sobrepasa los 800 millones y solo está asegurado el 10% del parque vehicular.
Algunos sectores consideran que las motocicletas que representan 2 millones del parque vehicular deben tener también un seguro de responsabilidad contra terceros.