La investigación “La Mina espía y criminaliza para controlar El Estor” publicada por The Store Project y un grupo de 65 periodistas de 14 medios internacionales ha revelado documentos que dan cuenta que la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN) y Pronico aplicaron tácticas de inteligencia, espionaje y difusión de rumores contra los opositores al proyecto de extracción de níquel en El Estor, Izabal.
Las dos empresas son corporaciones basadas en Suiza, pero dirigidas y capitalizadas por inversores de origen ruso. Ellos son los propietarios de la mina Fénix que extrae y explota níquel en El Estor, Izabal, desde 2012.
Hay silencio en El Estor. Ningún líder comunitario desea hablar después de que los medios periodísticos publicaron documentos que detallan las operaciones dirigidas por dos militares empleados de la mina: Mynor Álvarez, gerente de relaciones comunitarias, y Roberto Zapeta, gerente de seguridad de Pronico.
Los correos electrónicos e informes expuestos muestran cómo la minera identificó a todos los grupos de oposición: pescadores, profesores, religiosos, autoridades mayas y periodistas, entre otros. El fin, según se lee en los correos electrónicos, era que estos grupos desistieran y dejaran operar a la mina sin cuestionar.
ConCriterio solicitó entrevista con representante de CGN y Pronico, pero Irina Litviniuk, Directora de Sostenibilidad, respondió que ningún directivo atenderá entrevistas. En su sitio de Internet, la compañía publicó un comunicado en el cual rechazan los hechos y afirman que su sistema informático fue violentado y los documentos están alterados.
Una de esas filtraciones destaca difundir el rumor de “que los líderes de la comunidad Las Nubes, contrajeron VIH-Sida por promiscuidad”.
Edwin Samol, párroco de El Estor, señala que el fin era dividir para expandir las operaciones mineras en Las Nubes: afecta por la integración de la comunidad en cuanto a los que están a favor y en contra; sigue habiendo manipulación, compra de voluntades, especialmente los Consejos Comunitarios de Desarrollo (COCODES), líderes que están pagados por la empresa, como ellos son los que tienen la representación.
Emilio Mendizábal, presidente del COCODE 20 comunidades de Río Dulce, un municipio que rechaza las operaciones mineras, coincide:
Son estrategias para causar división, incluso en Río Dulce, los transportistas daban un peaje, pero la compañía señala a la fecha que este municipio recibe dinero de la mina. Nuestros representantes desde hace seis años decidimos no recibir un solo centavo, pero ellos, a través de causas como la Responsabilidad Social, se aprovechan que van invirtiendo en las comunidades.
Allá donde el Estado se ausenta, la compañía desarrolla proyectos sociales: Dimitri Kudryakov, directivo de CGH, contó en diciembre a ConCriterio que la mina invierte US$1.5 millones anuales en programas sociales, los cuales canaliza a través de los COCODES.
Este reportero contactó la Gremial de Recursos Naturales, Minas y Canteras, adscrita a la Cámara de la Industria, para conocer su postura sobre las revelaciones y cómo afecta al mercado. Valery Zurita, directora ejecutiva, programó la entrevista, pero finalmente declinó. En cambió mandó un comunicado en que dice que la gremial: “lamenta que CGN – Pronico sea blanco de ataques cibernéticos que han dañado la integridad de los datos de las empresas, estos ataques podrían provocar riesgos para las comunidades y el ambiente. (…) Siempre debe ser la ley la que prevalezca por encima de cualquier publicación.
No solo los empresarios se abstienen de hablar a los micrófonos, en El Estor, los grupos que denunciaron los abusos de la mina tienen miedo y rehúyen. Este reportero buscó a los pescadores que el año pasado lograron un amparo para detener la mina, pero no respondieron.
Entre los planes descritos en los informes de los militares de CGN y Pronico, mencionan la contratación de pandilleros para incendiar las plantaciones de cardamomo y difundir rumores de plagas y precios bajos. Un golpe al medio de subsistencia de los pobladores. Al consultar al párroco de El Estor si esto ocurrió, respondió:
“Se supone porque toda esa área trabaja con el cardamomo. Lastimosamente a todo aquel que no le gusta como trabaja la mina lo toman como que es opositor y no solo eso, sino que buscan la forma en cómo criminalizarlos”.
La investigación muestra también que Pronico recurrió a netcenter, usuarios de redes sociales pagados para promover mensajes o reaccionar; además de grupos de mujeres para que denunciaran supuestos abusos de los opositores; no faltó en el plan crear páginas de internet para difundir las bondades y compromisos de la explotación en aquel lugar.