Los puertos en el mar Caribe rebasados por la demanda: Riesgo de perder exportaciones. 
Productores de vegetales, agrupados en la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), están preocupados por la falta de agilidad en los puertos guatemaltecos. La situación va rumbo a hacer crisis. Los vegetales, perecederos por naturaleza, han debido esperar largos días para ser exportados. Casi el 80 por ciento de los vegetales guatemaltecos que van rumbo al […]
Publicado el 21 Mar 2022

Los puertos en el mar Caribe rebasados por la demanda: Riesgo de perder exportaciones. 

Productores de vegetales, agrupados en la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), están preocupados por la falta de agilidad en los puertos guatemaltecos. La situación va rumbo a hacer crisis. Los vegetales, perecederos por naturaleza, han debido esperar largos días para ser exportados. Casi el 80 por ciento de los vegetales guatemaltecos que van rumbo al mercado de Estados Unidos se embarca en Puerto Santo Tomás de Castilla o Puerto Barrios porque están dirigidos al Golfo de México o a la Costa Este. Pero la situación crítica no es exclusiva de los exportadores de vegetales. Fabricantes de muebles y otros productos guatemaltecos, como los textiles, enfrentan la misma situación. Hasta tres semanas de espera para poder embarcarse.

Los exportadores demandan al gobierno la implementación de mejoras en las terminales marítimas para despachar los buques con más agilidad y que estos se mantengan en movimiento para reducir la demanda de flete.

Estuardo Castro, director de la junta directiva de Agexport y exportador de ejote francés, arvejas china y dulce, dice que la dificultad para exportar repercute en 95 mil familias que viven de la producción de estos vegetales. El riesgo consiste en incumplir contratos de proveeduría de vegetales establecidos con supermercados estodunidenses previo a la siembra.

Castro refiere que al intentar enviar el producto se topan con largas filas en los puertos para ingresar el envío, puesto que tampoco hay suficientes contenedores. A esto se suma que los cruceros atracan e impiden que los buques cargueros puedan ingresar para cargar o descargar. Este proceso toma un promedio de 24 horas mientras en Puerto Cortés, Honduras, el proceso se simplifica de 12 o 14 horas.

«Se corre el riesgo de que el barco no cargue a tiempo, ya nos pasó que en diciembre nos dejaron contenedores porque el barco no pudo entrar al muelle porque habían cruceros».

El productor refiere que la baja competitividad de las terminales marítimas es evidente solo en el tamaño de estos; puerto Santo Tomás de Castilla, Izabal, tiene 914 metros, Puerto Barrios 654 y Puerto Cortés en Honduras tiene 1 mil 150 metros, lo que hace más competitivo a este último pues tiene capacidad para recibir más barcos.

 «Para agilizar los procesos se necesitan grúas de alto rendimiento [tipo pórtico] que muevan de 40 a 50 contenedores. Las que se tienen en este momento mueven entre 12 o 14 contenedores».

La falta de espacios en los barcos ha obligado a utilizar las rutas terrestres. En el caso de Castro se ha procurado enviar los vegetales desde Chimaltenango hasta Mcallen, Texas. El viaje les lleva de tres a cuatro días. Un barco desde Guatemala hacia Miami llega en tres días.

La cantidad de contenedores que mueven los puertos al año ha rebasado ya la infraestructura de esas terminales, según Agexport.

En el 2021 el Sistema Portuario Nacional movilizó 925 mil contenedores, 11%  más que en el 2020.

  • ·         Puerto Santo Tomás de Castilla, Izabal, 301 mil contenedores.
  • ·         Puerto Barrios 285 mil.   
  • ·         Puerto Quetzal 339 mil

En Puerto Barrios, el 60% por ciento de la carga es de productos refrigerados como frutas, vegetales y plantas. Esta  producción, según Agexport, está pactada debido a la temporada, pero se dificulta su salida.

 En el caso del melón, la temporada de exportación es entre septiembre y abril; el mango se exporta de diciembre a mayo; y hay 1 mil contenedores de banano que salen cada semana.

Carlos Biguria, vicepresidente de la junta directiva de Agexport, califica la situación de crítica.

«Esto afecta la competitividad, las relaciones con clientes, representa pérdidas de oportunidades, incremento de costos. En un mundo global no podemos cumplir con los tiempos y hay países competidores nuestros que lo aprovechan. Es un problema que tenemos que abordar integralmente».

En cuanto a la pérdida de oportunidades, Alejandro Ceballos, vicepresidente de la Asociación de la Industria de Vestuario y Textiles de Guatemala (Vestex) detalla que las exportaciones hacia Estados Unidos han crecido en un 27% este año y un 35% en 2021. Sin embargo, aunque tienen capacidad para exportar a otros países, la demanda en el transporte marítimo se los impide.  

 «No vamos a poder sostener el crecimiento si no hay infraestructura, antes exportábamos 70 millones de libras de tela al año y calculamos que vamos a llegar a 150 millones, pero se necesita el doble de contenedores, es como si usted comienza a vender más pero no compra otro carro para repartir. Los barcos no vienen porque pierden mucho tiempo acá, es muy lento el servicio de descarga».

 

 

José Manuel Patzán