La Clínica Integral San Lázaro, autorizada en 2020 por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) para hacer pruebas de Covid-19 a los viajeros en el Aeropuerto Internacional la Aurora sigue operando sin licencia sanitaria, amparada por el Ministerio de Salud, quien en junio de este año dio lugar a un recurso de revocatoria presentado por la clínica, luego de haber sido cerrada y multada por no contar con los permisos de ley.
La responsabilidad que la clínica se haya autorizado en Aeropuerto, no es admitida ni por la Salud, ni Aeronáutica Civil. Por varias semanas ConCriterio buscó respuestas sobre la continuidad de este negocio en la terminal aérea, pero Aeronáutica no responde. Salud no concede entrevista, pero por escrito dice que autorizaron la reabrir ya que:
“al ser el proceso administrativo independiente del proceso de emisión de licencia sanitaria”. Además, que “recientemente completó la papelería y se encuentra pendiente de una supervisión para saber si reúne condiciones de habitabilidad para emitir la licencia correspondiente”. Posterior a la publicación de esta nota, en entrevista con ConCriterio, Francisco Coma, ministro de Salud dijo que la clínica pasó los procesos de aprobación de licencia y que ya cuenta con los permisos para funcionar.
La Clínica en el Aeropuerto empezó funcionando bajo el amparo del Hospital Social San Lázaro, en la zona 1 de la capital, administrado por el cubano Migniel Sánchez Olivera. Al consultar a Salud, si el centro de hisopados puede funcionar bajo la licencia del hospital el Ministerio respondió que:
“Todo Laboratorio debe tener licencia sanitaria individual de acuerdo a la dirección de funcionamiento. No se autorizan sucursales amparadas en una licencia matriz”.
Félix Palencia, diputado de la Unidad Nacional de la Esperanza y médico de profesión:
“Si el laboratorio está laborando bajo el amparo de otra institución tiene que ser evaluado el proceso. Independientemente quien hace las regulaciones es el Ministerio de Salud y es quien tiene la última palabra, no puede ser aeronáutica. Ese es un mal mensaje porque entonces cualquiera puede abrir un centro en cualquier lado, y el gobierno tiene que ser el garante de seguir el debido proceso porque nadie es superior a la ley y eso genera un motón de dudas que pueden ser mal interpretadas”.
De acuerdo con información de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) Sánchez Olivera se encuentra registrado como extranjero domiciliado y tiene dos negocios, el primero con su nombre y el otro el Hospital Social San Lázaro.
Este último ganó de forma exprés en un año, de julio 2020 y a la fecha, Q13.7 millones en tercerización de servicios al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) para encamamiento de pacientes contagiados con Covid-19.
En 2020 los eventos fueron mediante proceso de excepción por los estados de calamidad decretaros por el Ejecutivo y este año mediante compra directa con oferta electrónica.
En un documento por escrito el IGSS se limitó a responder que:
“La alta demanda de servicios, conlleva adquirir servicios externos de encamamiento para atender la emergencia (…).” Y que: “en la actualidad se ha adquirido los servicios tanto del hospital San Lázaro y del San Sebastián (…)”.
Aunque se solicitó una ampliación a la respuesta, contestaron era lo único que tenían que decir.
Este hospital no tiene más contratos con el Estado más que en los últimos 14 meses.
Marvin Flores analista de Acción Ciudadana, comenta: Llama mucho la atención, no ha tenido muchos contratos antes de la pandemia y ahora sí se dispara.
Y agrega:
Yo más iría por el tema de Aeronáutica Civil porque son los que autorizan cualquier tipo de operación en el aeropuerto. Ellos tienen una gran responsabilidad en cuanto a verificar que esta clínica cumpla con los requisitos mínimos. Y ahí hay mucha historia de corrupción.
Algunos usuarios de la clínica en el aeropuerto se han quedado en que incluso el centro no extiende factura. Este reportero llamó al Hospital San Lázaro y pidió hablar con Sánchez Olivera, pero la repuesta fue que estaba ocupado.