Villa Nueva y San Miguel Petapa están sobrepoblados y la carga vehicular significa salir en horas de la madrugada para llegar a la capital y estar a primera hora en los puestos de trabajo, pero la Vía Alterna del Sur (VAS) –la cual agiliza el paso de 34 kilómetros y conecta dichos municipios con la capital–  ha despertado el interés e incentivado la compra de más viviendas en esas localidades, especialmente este año, aunque los costos del material de construcción empiezan a repercutir.

Para los desarrolladores, Villa Nueva y San Miguel Petapa se convirtieron en los municipios con más demanda de viviendas, debido a que el trabajo en casa por la pandemia es más habitual y las familias optan por tener un mejor espacio.

Byron del Cid, de 45 años, es asesor de ventas en  inmobiliaria Casa perfecta.  Este vendedor dice que Villa Nueva comienza a despertar el interés de las desarrolladoras, que ahora ya no construyen casas de dos habitaciones, sino de tres y con  espacio amplio para la sala. 

“Villa Nueva tiene la ventaja de la VAS, eso hace que mucha gente tome en cuenta a Villa Nueva porque hay pendientes  proyectos de esa carretera como la salida a la avenida Hincapie, zona 13,  y Carretera a El Salvador. Considero que Villa Nueva vuelve a ser un lugar con demanda de vivienda, aparte que si comparamos con otros proyectos de la capital, los de ese municipio son más bonitos y no como se desarrollaban antes”.

Del Cid dice que hay parejas que han vivido en Villa Nueva y cuando se casan prefieren no irse lejos y optan por comprar vivienda cerca de donde crecieron.

“Hay otra gente que aunque esté más lejos, prefiere más espacio, con lo que compra en la capital que es un apartamento pequeño con dos habitaciones y un baño mejor se compra una casa de 145 metros cuadrados”.

Proyectos con mejor infraestructura en ese municipio también tiene su precio y significan más costos. Una vivienda que tenía un precio de Q650 mil pasó a Q730 mil en un año durante su construcción, según del Cid. En proyectos más cercanos a la entrada del municipio las casas tienen precios de Q860 mil las más pequeñas y Q1 millón las más grandes.

En la capital solo hay espacio para apartamentos o vivienda vertical y eso implica la migración de quienes prefieren una casa amplia dice la asesora en ventas Ingrid Fernández, quien asegura que estas viviendas aún se encuentran en San Miguel Petapa y San José Pinula.

“Nosotros tenemos promociones y otorgamos los gabinetes de cocina, puertas en los closet y lámparas en sanitarios. El precio ha subido porque la construcción de block es más lenta y el material va subiendo de precio”.

Fernández dice que viviendas con 145 metros de construcción, terreno de seis metros de frente por 16 de fondo y acabados de primera, pasaron de Q695 mil a Q730 mil o Q740 mil en San Miguel Petapa.

En la capital prevalecen los proyectos de vivienda vertical, indican desarrolladores de vivienda.

Víctor Cabrera, gerente General de Integración Técnica de Proyectos (Intepro), una empresa dedicada al desarrollo inmobiliario, dice que la demanda de viviendas para familias con ingresos mensuales de 3 o 4 salarios mínimos (entre los Q8 mil 475 y Q11 mil 300) siempre ha existido e incluso hay un déficit habitacional en general de estos grupos sociales.

“En segmentos económicos más abajo, el déficit es mayor, pero es más difícil atenderlos y necesitan programas del gobierno para subsidiarlos y no tenemos esos programas fuertemente activados en Guatemala como otros países, donde la vivienda es prioridad nacional”.

Cabrera dice que los costos en la construcción se deben al retraso mundial en el abastecimiento de las materias primas. Según el directivo el material más encarecido es el hierro y posiblemente en 2022 se regulen los precios, mientras tanto el costo de las viviendas en general subirá en un 5 o 10 por ciento.

Desde abril de este año el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha reportado variación de precios en 39 productos de la construcción.