Categoría: Opinión

Mientras le sea útil a la ficción de la democracia, se mantendrá alentado y mucha salud, por detestable que sea su movimiento.

En lo personal, y quizás dejando entrever cierta sensibilidad hacia las actuaciones de nuestros políticos, siento desagrado al ver cómo muchos se aprovechan de las cámaras y los medios de comunicación.

La torpe pulsión por convertir la diversidad lingüística guatemalteca en una brecha más que nos divida.

Lo que más me preocupa no son los malos, esos siempre han existido, sino los tontos, los ciudadanos que se creen esos discursos de políticos, y que los aplauden y votan.

Pero el verdadero problema no radica en aquel que busca imponerse, sino en quienes se permiten ser dominados y no demuestran que el agresor carece de razón.

La Fundación del Terror comprueba que no es cosa solo de dominar a financistas, fiscales y a jueces para convencer a nadie.

Todo esto demuestra que, como sucedió en España hace un tiempo, se puede funcionar sin un gobierno activo, ¡y no pasa nada!, incluso es mejor.

La bancada Semilla / Raíces propone hacer universal el pago de Q500 mensuales a todos los adultos mayores en el país. ¿Salen las cuentas?

La transformación no solo de la matriz de transporte en el país y la potencial creación del mayor negocio nacional a largo plazo.

Para consolidar este apoyo internacional, se han adoptado varias estrategias.

La cobardía tampoco está ausente del político de turno, y muchos presidente nada más llegar al poder lo que desean ser de inmediato es expresidentes.

Las condiciones hacen pensar que los migrantes tenderán a reducirse en el mediano plazo y con esto, su capacidad de envío de dinero al país.

¿Por qué se muestra tan solícito el gobierno de Donald Trump con el gobierno de Guatemala? No solo lo apoya. Lo impulsa. Le brinda la mano.

Un modelo depredador de fondos públicos enquistado en todas y cada una de las instituciones de Estado y que cuesta cientos de millones anuales.

Es inútil. Aunque él no lo quiera, el gobierno de Bernardo Arévalo gira en torno a la urgencia de la batalla para la cual fue electo.

¿Podría usted ser sancionado por cruzar cuando «el semáforo está en rojo», si dicho semáforo aún no ha sido instalado y lo será dentro de un mes?

Y la terquedad de los magistrados constitucionales y sus cómplices en el MP y la dictadura judicial de erigirse en electores supremos.

La dinámica social en la que estamos inmersos se refleja en las acciones públicas, y es precisamente lo que se ve tanto en el sector justicia como en el legislativo.

Quedan sólo unos meses para lograrlo. Por eso arreciará la batalla por colocar en la Presidencia del país y al frente del Congreso a un aliado de la impunidad para la corrupción. El sistema está en riesgo.

La razón por la que tanto el Ejecutivo, como la fracción oficialista del Legislativo, no hace un llamado popular es porque se arriesgan a quedarse solos.