El presidente, los sindicatos y los 48 cantones
Un par de estrategias que logran mejorar la imagen presidencial, pero que parecieran no ser suficientes por el desgaste del mandatario y lo que la razón -que no la emoción- señala.
Publicado el 02 May 2025

El título me sugiere aquella trinidad de la guerra que propusiera Clausewitz allá por el siglo XIX, aunque con actores diferentes, y salvando los objetivos y el tiempo. El presidente confronta y acoge en su seno a dos grupos antagónicos, lo que le genera rédito político, aunque menos del que pudiera haber obtenido para la buena estrategia política empleada.

Una subida salarial del 5% para los maestros, le quita oxígeno al chantajista sindical Acevedo, y lo deslegitima, dejándolo en un desierto de peticiones que en el fondo únicamente son privilegios sindicales. Sin embargo, el aumento puede ser considerado insuficiente para un colectivo cuyo salario estándar es bajo -porque los bonos no se cuentan- y además supondrá unos Q600 millones anuales de gasto público. Ahora, la pelota está en el tejado del sindicalismo que seguramente reaccionará, pero la base verá que el aumento económico ya “está logrado”, así que el resto de las peticiones político-sindicales pueden dejar a Joviel fuera de la jugada ¡Por fin!

Del otro lado, como un par de fuerza contrapuesta, el presidente sale a hacer declaraciones respaldadas por autoridades de los 48 cantones. Hay que hacer una pequeña -pero sustancial- aclaración, y es que no son “las autoridades ancestrales”, sino un pequeño y activo grupo representativo de una pequeña población, a pesar de que mediáticamente se les presenta con una suerte de aureola magnificada.  Es importante ese “pequeño detalle” porque de ahí se derivan discursos y percepciones que no se corresponden con la realidad, particularmente el concepto “apoyo social” o “movimiento indígena” que terminan siendo interpretados como un “todo amplio” en lugar de lo que es: algo puntual y concreto.

Un tercer elemento, que converge con el anterior, es el fracaso de los bloqueos llevados a cabo por CODECA. El grupo disidente no solamente se distanció de los 48 cantones y otros movimientos -lo que refleja que no hay “un todo indígena” como se pretende reflejar- sino que no fue atendió por autoridades políticas y provocó un gran rechazo social. Ahora que quienes antes apoyaban los bloqueos han aceptado que son ilegales, da la sensación de que esa vuelta a la tortilla detiene las actuaciones de ciertos grupos ¡Qué bueno que por fin aceptaron lo racional, aunque les costó! Además, otros grupos indígenas, que en su momento criticaron publica y abiertamente a los 48 cantones, también fueron “excluidos de la fotografía oficial, y eso queda impreso en el alma.

En definitiva, un par de estrategias que logran mejorar la imagen presidencial, pero que parecieran no ser suficientes por el desgaste del mandatario y lo que la razón -que no la emoción- señala. Perdida la buena imagen política hasta límites preocupantes, el gobierno pareciera querer apostar por dos cosas: ayudas económicas -algo que ya había hecho con otros sectores y de otra forma-, y acercamiento a grupos indígenas, aunque realmente es a uno: a los 48 cantones, porque el resto no recibe el protagonismo que pretenden. Con ellos, seguramente desea lograr un caudal social -del que ahora carece- por si es necesario generar presión en determinadas direcciones, como la solicitud de renuncia de la fiscal general o que el Congreso apruebe ciertas iniciativas. Perdido todo, solo queda “el pueblo” como elemento de presión y negociación, aunque da la impresión de que la pasividad presidencial en este año y pico de gobierno, no se supera de un día para otro.

A partir de ahora, veremos una lucha más desgastante entre los poderes del estado (dos contra uno) y las diferentes armas con las que cada cual cuenta, y desea utilizar. La aplicación de la ley, la elaboración de normas y la acción -otro triángulo- se enfrentarán en un escenario poco común. En el centro, quedará, como siempre, una sociedad apática que esperará que alguien solucione los problemas y contemplará pasivamente quien gana, sin darse cuenta de que, en toda guerra, siempre se pierde. ¿El riesgo? Que terminemos mucho peor de lo que comenzamos y el populismo termine por llegar al poder.

miradorprensa@gmail.com

Pedro Trujillo
Pedro Trujillo

Socio fundador de ConCriterio, S.A., empresa de generación de contenidos periodísticos. Profesor universitario y conductor de radio y TV

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Sobre Pedro Trujillo

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