Joviel Acevedo ha tenido que ceder ante el desafío que le presentaron tanto el gobierno, por medio del ministerio de educación, como una parte considerable de la población. Este hecho refleja un cambio significativo en el estado de ánimo político y en la forma de reaccionar la ciudadanía.
Existen, además, voces que abogan por una reforma de la universidad estatal monopolística, sugiriendo otorgar carácter de universidad pública a otros centros o proporcionar becas para que los estudiantes elijan libremente sus instituciones, en lugar de forzarles a asistir a un centro que parece más político que educativo. Es decir, subvencionar la demanda y no la oferta, lo que hará más eficiente el sistema.
Las comisiones de postulación también están bajo escrutinio, después de haberse evidenciado sobradamente los abusos políticos y de grupos de interés que se cuecen en su seno. La corrupción y las componendas en ellas son difíciles de ignorar, sobre todo cuando ciertos decanos y operadores conocidos participan en maniobras cuestionables para designar a sus interesados a los diferentes cargos públicos. A esto se suma la mafia del colegio de abogados y sus privilegios, como el de nombrar a uno de los magistrados de la Corte Constitucional -como la USAC-, lo que provoca muy serios cuestionamientos sobre su compatibilidad con la democracia, al contar una pequeña porción de la población con tales privilegios.
Parece que los ciudadanos están reaccionando ante estos y otros abusos, como los salarios de funcionarios, seguros médicos privados, vehículos, pactos sindicales, bonos de diferentes denominaciones y combustible, etc. La duda que persiste es si este despertar es producto de un hartazgo que provoca tal reacción o a que hay grupos políticos que condenan conductas que antes promovieron o toleraron con su silencio. La respuesta merece una profunda reflexión.
Los políticos parecen cambiar su perspectiva al pasar de la oposición al ejercicio del poder. Temas que hace pocos años parecían claros, como los candados al presupuesto o la aplicación de la ley de contratación, ahora son matizadas con la excusa de que dificulta la gestión, como si eso no hubiese ocurrido con anterioridad. Lo mismo pasa con la crítica a la contratación de deuda, como el reciente endeudamiento de $1,500 millones, que ha recibido cuestionamientos de la mayor parte de los analistas económicos, incluidos los más cercanos al gobierno. Y es que la escasa ejecución presupuestaria de este gobierno es preocupante, y como necesitan gastar para mostrar a la población que algo se hace, proponen normas para eludir controles que no es sino la actitud que antes criticaban desde la oposición.
Ver la política desde afuera es muy distinto a confrontarla directamente, algo que este grupo de gobernantes inexpertos ha llevado a cabo con poca destreza, escaso conocimiento y mucha arrogancia, lo que genera un coctel en el que bebe su caída en desgracia
La guinda del pastel parece ser que la pone el posible pacto de SEMILLA al pactar con partidos y personajes hasta hace poco criticados, todo con el afán de aprobar, nuevamente, un presupuesto que genera alta deuda y otorga miles de millones a quienes no son capaces de ejecutar el gasto, lo que además promueve, como ellos saben, la corrupción.
Parece que es un buen momento para meditar sobre qué nos pasa y cuál será nuestro futuro como sociedad, particularmente cuando no somos capaces de salir de un grupo de mafiosos más allá de pasar a otro de incapaces. Unos se quedan con el dinero, y los otros no saben qué hacer con él más allá de repartirlo en subvenciones de distinta índole.
¡Valiente futuro dejamos para quienes nos siguen!
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