¡Te lo explico con números y dibujitos!
La razón por la que tanto el Ejecutivo, como la fracción oficialista del Legislativo, no hace un llamado popular es porque se arriesgan a quedarse solos.
Publicado el 09 May 2025

Si va a un restaurante no es lo mismo que le pregunten qué desea comer, de un amplio menú de posibilidades, a que únicamente le reduzcan la elección a si prefiere lomito asado o róbalo a la plancha. Está claro que en la primera opción usted puede recrearse en una amplia variedad y en la segunda, únicamente entre carne y pescado. Si una vez se intoxicó por comer algo del mar, es muy probable que se decante por lo único que le queda: el lomito, aunque no sea lo que usted deseaba, pero le redujeron sus opciones. No creo que sea muy difícil entender la diferencia sustancial entre uno y otro escenario, ni el impacto que tiene.

En el pasado proceso electoral del 2023, hubo una veintena de posibilidades -menú abierto- y el ciudadano decidió votar siguiendo este orden de preferencias: voto nulo -966,389 (17.38%)-, Sandra Torres -881,592 (15.86%)- y Bernardo Arévalo -654,534 (11.77%)-. Por lo tanto, en una democracia que se precie de respetar la decisión de la mayoría, hubiese ganado el voto nulo, y si había una segunda vuelta debió haber sido entre “ninguno” o Sandra Torres. Sin embargo, la forma en la que está la legislación nacional hizo que la segunda vuelta fuese entre los candidatos segundo y tercero de los resultados indicados.

De esa cuenta, el menú quedó reducido a lomito o róbalo, sin que aquellos que deseaban otra cosa, y que la habían manifestado en la primera ocasión, pudieran optar por ella. Es evidente que el “síndrome de la intoxicación” -antes mencionado- hizo que se eligiera a Arévalo, pero no porque era la opción primera de muchos -eso ya quedó expuesto en la primera vuelta- sino porque era la opción menos mala de las dos seleccionadas. El cuento queda más que explicado.

En el caso del Congreso, los ciudadanos entregaron a SEMILLA el 14,37% del total (23 diputados), y el resto decidieron repartirlo, libre y voluntariamente, entre el resto de los partidos políticos. En lo local, SEMILLA obtuvo un alcalde, que representa el 0,29 de la totalidad de municipios del país. Esa, y no otra, es la acepción del partido y consecuentemente el apoyo social con el que cuenta. No obstante, medios y analistas eufóricos, hablan del “triunfo” de SEMILLA, obviando los datos y el correspondiente razonamiento, y transmiten una falsa sensación de apoyo popular,  punto importante en esta reflexión.

La razón por la que tanto el Ejecutivo, como la fracción oficialista del Legislativo, no hace un llamado popular es porque se arriesgan a quedarse solos, y que quienes acudan sumen la cantidad de votantes reales que tienen. Los votos de la segunda vuelta presidencial, que los llevaron a poder, no son “originales”, entendidos como aquellos que genuinamente deseaban al gobernante, sino que hay un alto porcentaje de votos de quienes adversaban al contrincante, y se tiene suficiente constancia del rechazo hacia la candidata, y como ha perdido dos elecciones anteriores, precisamente por esa animadversión.

A pesar de todo, y aunque esté claro y sustentado en números, muchos siguen hablando de “triunfo”, de “apoyo popular” y a convocar a los ciudadanos a protestas y muestras de apoyo, lo que no sucede porque no hay masa crítica para ello, y el partido lo sabe. Intentan, eso sí, construir una red clientelar con apoyo a ciertos grupos indígenas -no a todos- y por medio de subvenciones a la luz, al magisterio, becas, etc., atraer a más personas hacia su pequeño círculo de poder. En el Congreso pactan con las mayorías en función de lo que aquellas quieren -presupuesto y elección de magistrados, por ejemplo-. En compensación, la oposición les regala algunas normas para que se anoten diminutos triunfos legislativos, que seguramente no se cumplirán o terminarán rechazados por tribunales de justicia. Juegan con ellos, y les hacen pagar su inexperiencia y soberbia.

Así las cosas, avanzamos a pasos de gigante hacia un abismo en el que el populismo tiene la puerta abierta.

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Pedro Trujillo
Pedro Trujillo

Socio fundador de ConCriterio, S.A., empresa de generación de contenidos periodísticos. Profesor universitario y conductor de radio y TV

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Sobre Pedro Trujillo

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