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El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) está a punto de realizar su primera compra de medicamentos a través de la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS). El monto suma Q250 millones. El listado preliminar es de 50 productos que incluye desde aspirinas para la fiebre, hasta antídotos contra veneno de serpientes y tratamientos contra el cáncer.
También comprarán medicina para tratar el asma, la epilepsia, hipertensión, la artritis, enfermedades cardiovasculares y pulmonares.
En los próximos cuatro años el gobierno espera comprar hasta US$900 millones y estima que la UNOPS absorberá el 35% de las compras en Salud Pública. El negocio de medicamentos en Guatemala representa el 1.7% del Producto Interno Bruto (PIB) y este porcentaje se mantuvo estable desde el 2005 hasta año 2016; sin embargo, en términos monetarios el gasto varió de Q 2,5 millardos desde el año 2001, hasta Q 8,9 millardos alcanzados en el 2016, según una publicación de la Universidad de San Carlos. Solo en 2024 el ministerio de Salud ha erogado Q1.9 millardos en salud y medicina preventiva. La cartera tiene presupuesto de Q13.7 millardos.
Abrir la oferta a proveedores, generar ahorros de entre 30 y 80% y transitar hacia la transparencia son las razones para recurrir a UNOPS. Joaquín Barnoya, titular de la cartera:
“Funciona como subasta inversa y lo que garantiza es competencia y mejores precios. Va a permitir que otros entren a competir bajo reglas de juego transparente”.
Los proveedores tienen posturas encontradas, respecto a la incursión de Salud en UNOPS; no obstante, coinciden en que debe perfeccionarse cuando se analiza cómo funcionó en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Leonel Rodas, director ejecutivo de la Asociación de Industriales Farmacéuticos Guatemaltecos, integrada por 18 productores nacionales:
Creemos que UNOPS es un buen mecanismo de compra porque ellos tienen la capacidad de comprar volúmenes y ahí es donde se produce el ahorro. Los hospitales pasan el requerimiento a UNOPS, ellos compran y luego subdividen a lo que cada hospital necesita y eso es bueno porque no deja en manos de un grupito la compra de medicamentos. Es una de las cosas fabulosas de este mecanismo.
No obstante, Rodas señala que el mecanismo puede perfeccionarse: Solo unos se han beneficiado: propusimos que se dejara rangos de precios para que existan dos, tres o cuatro proveedores. “Un solo lobo no se come todo el venado”. Puede que uno solo ponga buen precio y diga que puede cumplir, pero después no va a surtir.
Érik Jehn, presidente de la Cámara de Proveedores de Insumos para la Salud, cree que los mecanismos actuales funcionan. Y reprocha también: no nos enteramos hasta el final ¿quién ganó, a qué precio y con qué producto? Es todo blindado y les hemos pedido que por favor publiquen, así como los contratos abiertos.
Los empresarios señalan que no solo el precio debe valorarse al momento de tomar una decisión, sino la calidad y piden supervisión constante para evitar competencia desleal.
El medicamento tiene que funcionar. Deberían ser requisitos más cerrados, pero lo que se está valorando es el precio. Pero ¿cómo garantizamos que el medicamento va a funcionar? Un ejemplo muy fácil: con el dentista le ponen una inyección de anestesia para dormirle el cachete, pero le dice a uno le tengo que aplicar otra.
Jehn señala que otro punto a evaluar es que se cumpla con la recepción del producto: De repente el IGSS compraba por otro lado o todavía tenía medicamento en inventario y UNPOS me mandaba la orden de compra y entonces no lo recibían (el producto); le pedíamos al bodeguero que nos firmara para de no recibido y no querían, pero corríamos el riesgo que nos multaran.
De momento son 50 medicamentos seleccionados de acuerdo a las necesidades de cada hospital: hay antibióticos, tratamientos contra leucemia, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Se espera que los despachos se hagan en un máximo de 45 días.