Mil 315 jóvenes en conflicto con la ley penal han evitado ir a correccionales y 20 más han logrado salir de ellos, al ser beneficiados con medidas que no los priva de su libertad. Así lo comenta Carlos Molina, Subsecretario de Reinserción, de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS)
Creemos en las segundas oportunidades para estos jóvenes, se equivocaron pero hoy bajo nuestros programas pueden tener una debida rehabilitación.
Molina dijo que desde 2017 se está revisando la progresión del menor en conflicto y, en caso de que sus resultados hayan sido positivos y el delito cometido no sea de alto impacto, es candidato a dejar de estar privado de libertad:
Porque se les hace más daño teniendo encerrados que con una medida no privativa.
Pero mantener la medida requiere del cumplimiento de algunos requisitos:
Cumplir con su equipo multidisciplinario: Mantener sus estudios, llevar al día su tratamiento psicológico y el trabajador social verifica que esté fuera de peligro en reincidir en un delito.
Los jóvenes beneficiados con esta medida reciben del Centro de Atención Integral a las Familias Guatemaltecas (Caifgua) que con el auspicio del gobierno de los Estados Unidos trabajan en un programa de reinserción de los chicos.
Verónica Galicia, jueza de revisión de medidas a adolescentes en conflicto con la ley penal, ha concedido la libertad a por lo menos 15 menores:
Es en primer lugar va deshacinar los centros, en segundo lugar se tendrá un programa mejor del que tienen adentro, porque adentro no reciben terapia psicológica frecuente. Y en lugar que estén cometiendo motines, prefiero que vaya a este programa, eso sí, se van con la condición de que no cumplen regresan nuevamente al correccional.
A continuación escuchamos, con nombre ficticio porque prefiere guardar el anonimato, el testimonio de Kevin López quien pasó nueve años en un correccional. Ingresó siendo un joven con 16 años y salió de 24 después de que le fuera otorgada, por buen comportamiento y progreso, la libertad asistida. Pero, la oportunidad para el chico fue mayor, ya que un mes después un juez eliminó cinco años de una sentencia de 14 años, por un caso de homicidio, y quedó en libertad.
Siempre viví con la esperanza de que iba a salir de ahí, esa fue una lucha, porque tenía un record feo, malo. Y a pesar de que ya estaba en la universidad estudiando, daba clases y participa en proyectos deportivos, me dijeron que mi delito era grave y que no me podían beneficiar porque el delito era muy grave.
Kevin cuenta que su papá lo sacó de su casa siendo un adolescente, algo que fue aprovechado por la pandilla en quienes encontró una familia, a ellos dice les debía respeto, y por eso asesinó.
El día de la revisión de la medida, estas fueron las palabras que pronunció ante la jueza: le manifesté, ¡yo quiero salir a trabajar!, tengo 25 años ya, toda mi adolescencia la pasé encerrado, ¡necesito una oportunidad le dije a la jueza! Lo que hice en el pasado no porque haya querido, solo quise descargar mi enojo en ese momento.
Hoy Kevin López con 27 años cursa el séptimo semestre de la licenciatura en pedagogía. Trabaja con jóvenes privados de libertad, y asiste en programas de reinserción.