Entre 2020 y 2021 las estadísticas de suspensiones laborales temporales en las empresas crecieron por la pandemia del Covid-19 y la propagación de casos en las familias y corporaciones.

Según las estadísticas del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social las suspensiones por enfermedad, maternidad, accidentes y coronavirus crecieron en 27%. La institución no disecciona los datos, pero sus cifras muestran que en 2020 hubo 69 mil 563 bajas laborales y en 10 meses de 2021, la cifra subió a 88 mil 836. En total el Seguro Social pagó Q181.7 millones a los trabajadores en ambos periodos.

Alejandro Ceballos, vicepresidente de la Asociación de la Industria de Vestuario y Textiles de Guatemala (VESTEX), cuenta que este sector sufrió mayor impacto: la gremial contrata a unos 60 mil trabajadores en unas 363 empresas.

“Nosotros fuimos de los primeros afectados. De hecho, hasta tuvo que cerrar por completo una fábrica por mal manejo de protocolo. Los trabajadores se enfermaban y solo se tomaban un Acetaminofén y regresaban a trabajar por la necesidad del empleo. La llegada del doctor Edwin Asturias nos ayudó mucho, él nos asesoró mucho, empezamos muy mal, pero salimos muy bien. 

Bajas constantes 

Los picos de la pandemia representaban para estas empresas un desafío; por ejemplo, Ceballos cuenta que controlar los contagios en una empresa con 1 mil 300 fue difícil:

Teníamos entre 10 y 15 contagios semanales y nos afectó porque estos empleados eran clave para ciertas líneas, entonces debimos hacer muchos movimientos.

La producción bajó en los meses más drásticos, también las ventas al exterior. Los pagos por suspensiones fueron cubiertos a través de los aportes a la Seguridad Social y esto fue un alivio:

“Totalmente porque atendieron a la gente, le dieron medicinas y cubrieron sus sueldos y cuando vino la vacunación, el IGSS hizo un trabajo importante de llegar a vacunar a los trabajadores. Yo soy de la opinión que el IGSS debe ser universal y esto es una lección para que todos aprendan la importancia del Seguro Social o tener por lo menos un seguro para cubrir porque nosotros que tenemos tanta gente fue muy fuerte”.

Trabajadores afectados

Madaí Roca, administradora en empresa de servicios, trata de ver el lado positivo de las suspensiones laborales: protección a su familia y a sus compañeros de trabajo.

Me suspendieron 5 días, estuve en contacto con un positivo para Covid-19, me hicieron 2 hisopados y dieron negativo, pero el doctor por mi seguridad y la de mis compañeros, autorizó la suspensión y estuve en reposo en mi casa.

No obstante, al analizar, esta cotizante cree que no se le debió de dar de baja del trabajo, toda vez los resultados de las pruebas dieron negativo. La suspensión tuvo sus repercusiones económicas:

Me descontaron Q1 mil en esos 5 días y se tardaron 2 meses para que me pagara el IGSS.

En su entorno, ese descuento y el retraso caló. Los trabajadores también evitaron las suspensiones:

El miedo al ser suspendidos es mucho por el retraso, entonces los compañeros optaron por hacerse un hisopado fuera del IGSS, porque las suspensiones se autorizan sin ser positivos.

Vacunación y recuperación 

La vacunación ha sido un gran alivio, de acuerdo con los datos del ministerio de Salud, a la fecha de la meta de 10 millones de personas a vacunar: 29.3% cuenta con el esquema completo y 44.5% con la primera dosis.

El empresario de textiles valora que no debieron despedir trabajadores debido a la subvención del gobierno. Y ahora esta industria se ha recuperado, incluso sus ventas han mejorado:

Nunca habíamos vendido tanto como ahora, tanto en docenas como en libra de tela: 125 millones de libras de tela mientras que el año pasado fueron 70 y en ropa llevamos 35 millones de docenas de ropa exportada y el año pasado fueron 32 millones de docenas.

Esta recuperación se atribuye a los problemas de logística que enfrenta Asia, lo cual es aprovechado por los países que son miembros del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos.