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Una mamá  lo ve claro: su hijo de 10 años adoptó identidad sexual diferente.

Escrito por Henry Bin

22 Nov, 2018

Han pasado diez años desde que un niño nació en casa de lo Tobar, mucho tiempo desde entonces: botó los dientes de leche, quebró piñatas, cuatro grados aprobados en la primaria, Y otros cambios… los  Tobar decidieron llamarle Ella y han transformado el  nombre de pila de su hijo a uno femenino. Las pelotas y los superhéroes  nunca fueron lo suyo y desde pequeño, el entorno del chico trató de comprender lo que sucedía. A sus diez años empieza a vestir sus primeras prendas de mujer, el cabello ya crece como siempre quiso. Y sus padres dicen que se siente feliz. Aunque no todo ha sido fácil para esta familia:

Para una de madre es todo un proceso y  uno no dice de la noche a la a mañana “tengo un niño disconforme con su género,  me saqué la lotería”. No, estamos criados en un ambiente patriarcal que es difícil, a mí me ha llevado  3, 4 años procesarlo.

Ella es Anneliza Tobar, tiene 38 años, y su caso lo describe como disconformidad de género: su hijo siente que nació en un cuerpo equivocado, la madre quedó sorprendida cuando a los 5 años le dijo dos frases que marcaron su vida:

 “Me dijo que tal vez en el cielo se habían equivocado y que lo habían enviado en cuerpo distinto  y luego también que si el hada de los dientes, había un hada de los cuerpos, que pudiera volverlo niña”

La familia atravesó por momentos de confusión y negación, el dolor de su hijo no fue ajeno para ellos:

Fue ese momento tan particular cuando yo veo que su llanto es legítimo –porque me han dicho que soy una alcahueta o que estoy siguiendo una moda-. Ver ese dolor tan honesto, me hizo a mí tomar partida y decir: esta es una cuestión de identidad muy profunda en él y mi lealtad está con mi hija antes que con la sociedad.

Tobar buscó ayuda profesional, además leyó para entender que su hijo se encontraba en una condición sexual distinta y que debía ayudarlo.

 “La sexóloga nos ha explicado que toda la configuración de género no deviene de los genitales externos, hay una combinación completa  de aspectos biológicos y psicológicos que hay que tomar en cuenta, pero los conservadores todo lo quieren resumir a la genitalidad externa”

El proceso lo llevaron por etapas: los primeros años, la familia vivió fuera de Guatemala; el regreso fue duro para la pequeña, por el entorno conservador de familiares y amigos. En el camino han encontrado personas e instituciones como el colegio  que no han tenido prejuicios, han contribuido al bienestar de la chica, quien  enfrenta una nueva etapa:

 “Un día comprando ropa, me dijo que quería ropa femenina y fue un momento de epifanía, ver la expresión en su cara, estaba feliz, brincaba y son esas cosas que le dicen a uno que no es un berrinche, es natural”

Aunque también hay miedos:

A uno de madre se le parte el corazón, me da mucho miedo, porque esta sociedad no va a cambiar de la noche a la mañana.

Las organizaciones  de la comunidad de la diversidad sexual estiman que en Guatemala hay unas 15 mil personas transexuales, pero ese registro no contempla datos referidos a niños.