¿Aburridos de las clases virtuales? Sí, es la respuesta que recibe en coro de los estudiantes de todo nivel. Pero regresar a clases presenciales totalmente no está contemplado en los programas educativos, ni siquiera en la educación superior donde hay mayor avance en la inmunidad de estudiantes.

Eric Castillo, de 21 años, pasará a séptimo semestre de Ciencia Política en la Universidad Rafael Landívar. Él y sus 8 compañeros de clases están cansados de la virtualidad, además de notar que las pantallas redujeron la calidad educativa, pero su universidad priorizará las clases virtuales para la teoría y presenciales para ciertos cursos prácticos a pesar de que su clase es reducida y todos están vacunados.

“Se les solicitó a las autoridades facultativas que nos dieran posibilidad de recibir clases presenciales, pero nos lo negaron y como nuestra carrera no lleva clases práctica se redujo más, porque algunos estudiantes sí van a recibir laboratorios, pero nosotros no…”.

El estudiante cree que las autoridades no quieren correr riesgos o responsabilidades.

Martha Pérez de Chen, vicerrectora académica de la universidad Landívar, señala que no se optó por la clases presenciales porque consideraron que aún no hay condiciones, además comenta que siguen rigiéndose por el semáforo de alerta.

“Tendremos una combinación de clases que serán híbridas. Dependiendo de lo que el semáforo de alertas epidemiológicas nos permita, la idea es ir incrementando la presencialidad a lo largo del año”.

Catedráticos de la Universidad Mariano Gálvez, respondieron que analizan cuál será el plan de clases en el próximo semestre; en el caso de la Universidad del Valle la respuesta fue que seguirán guiándose de las condiciones de cada municipio y departamento.

No obstante, el semáforo de alertas queda desfasado toda vez fue diseñado e implementado cuando no se contaba con la vacunación. Francisco Coma, ministro de Salud, está de acuerdo en que debe haber una actualización del sistema:

En este momento los semáforos tienen que actualizarse y hay que añadir la vacunación como un elemento más para evaluar el color en el cual se encuentran municipios y departamentos. Estamos haciendo un análisis técnico de cómo incorporarlo. Nuestra visión es muy clara, estamos tratando de fomentar que actividades como estas -académicas- en donde hay un buen porcentaje de vacunación puedan regresar a una vida normal.

El ministro añadió que esta semana el Comité evaluará esa incorporación de la variante de vacunados a los semáforos de alertas.

El temor de regresar de lleno a la presencialidad se denota también en las declaraciones de Jorge Orellana Oliva, rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC):

Realmente a pesar de que se ha avanzado en el plan de vacunación, todavía hace mucha falta y por lo tanto no se ha logrado esa inmunidad colectiva que tanto esperamos. Hay un número importante de posibilidades, aunque se ha reducido, todavía hay muchas carencias en hospitales y todos estos indicadores nos llevan a que en el primer semestre del próximo año se dará prioridad a la virtualidad. Queda a discreción de las facultades qué actividades ya pueden acudir a la presencialidad.

Esta universidad al cierre de la nota no proporcionó datos de población estudiantil vacunada a la fecha.

Jocsan Montes, de 20 años, estudiante de sexto semestre de Ciencias Jurídicas y Sociales de la USAC, dice que él y todos sus compañeros fueron inmunizados y cree que hay condiciones para regresar a las aulas, él estudia en la jornada matutina:

En mi salón somos 27 y el salón es grande y sí permitiría que haya distancia adecuada en caso de que sea presencial.

Este estudiante, como todos, está cansado de las clases en las pantallas, no obstante, reflexiona:

Creo que no le resta a la educación, depende de cada persona. La virtual en sí no está siendo tan mal implementada, aunque creo que es mejor la presencialidad.

La vicerrectora de la Landívar, aunque no compartió datos concretos, dijo que hay impacto negativo de la virtualidad en la formación de los estudiantes.