Hasta el viernes 27 de agosto, según el reporte del ministerio de Salud solo quedaban 15 mil 784 dosis de la vacuna Sputnik. Las autoridades de esa dependencia no responden qué harán cuando se agote el inmunizador, a pesar de la creciente incertidumbre de quienes fueron vacunados con la primera dosis desde mayo cuando llegaron los primeros lotes.
El 24 de julio último arribaron a Guatemala 400 mil vacunas Sputnik del primer componente y con estos suman 1.3 millones de dosis recibidas en el país, pero de la segunda dosis sólo se han recibido 60 mil.
Carlos Chúa, de 24 años y técnico en refrigeración, recibió la primera dosis de Sputnik el pasado 15 de julio y está molesto: critica al gobierno por su lentitud para adquirir la vacuna y no sabe si completará su esquema de vacunación.
“Se va cumpliendo el plazo de los tres meses desde que me vacuné y ver las nuevas cepas y la cantidad de contagios es de suma preocupación. Vemos que no hay estudios certeros de que nos podamos inmunizar con otra vacuna”.
Ante el temor de no alcanzar la segunda dosis de Sputnik, Arnoldo Tipol, de 58 años y maestro de obra, el pasado viernes acudió desde temprano al Centro Universitario Metropolitano (CUM) en la zona 11 capitalina. Aún no cumple el plazo de los 90 días entre una y otra vacuna:
“Yo fui el 10 de junio a vacunarme con la primera dosis, pero previendo eso que ya no iba haber dosis a los 90 días mejor fui. Estaba preocupado porque pensé que me iban a regresar. Para poner esa vacuna hay poca gente”.
Jhenifer Gudiel, de 23 años y estudiante universitaria, lamenta que las autoridades de Salud sean herméticas para responder ante el escenario de no recibir el segundo imunizador.
“Preocupa porque el Ministerio de Salud no informa y en otras fuentes dicen que se está acabando la vacuna. Yo me vacune el 25 de julio y ojalá haya vacuna todavía”.
El viceministro de Hospitales, Francisco Coma, no respondió si un inmunizador distinto será la solución pues confía que contarán con otro envió sin detallar fecha.
“Hay un análisis de los técnicos que siempre consideran los escenarios si en caso no se da el cumplimiento del segundo componente, tendrán que plantear alguna alternativa. Pueden haberse agotado las primeras dosis o estar en un proceso de quedar pocas, pero a corto plazo viene el segundo componente”.
Coma no respondió a qué se debe la circular institucional que ordenó a los centros de vacunación que suministren la vacuna Sputnik solo a quienes tenían 90 días y no a la gente que llega antes del plazo.
A finales de junio Argentina vivió la misma situación que Guatemala y ante el retraso del envío del segundo inmunizador desde el Instituto Gamaleya en Rusia, combinaron la primera dosis con las vacunas Astrazeneca y Moderna.
La carencia de la vacuna Sputnik también llevó a las autoridades de Salud a producir los inmunizadores en laboratorios locales.
Flavia Campeis, periodista que cubre temas de salud de la ciudad de Rosario cuenta que utilizar otras marcas tranquilizó a la población:
“Ya no hay alarma en la gente porque a los que les tocaba la segunda dosis se les dio esa opción, si hubo unos sectores en su momento que dudaron pero después fue tomado bien. En Argentina entonces empezaron a enviar un correo para preguntarte si querías vacunarte con esas vacunas en la segunda dosis, eso fue paralelo mientras se producía la vacuna Sputnik”.
Campeis explica que incluso los menores desde los 12 años comenzaron a ser inmunizados y se abrió el registro para los niños de cinco.