“Nos están haciendo algo imperdonable, nos tienen moliendo las pastillas para adultos y las damos a los niños, las estamos diluyendo en azúcar para que las puedan tomar”, dice el médico Eduardo Arathoon, director de la clínica Luis Ángel García, ubicada en el Hospital San Juan de Dios, una de las 17 que atienden a pacientes con VIH y que enfrentan dificultades para abastecerse de retrovirales a pesar de las “promesas” del ministerio de Salud, lamenta el médico.
«Estas pastillas son para adultos, con mezclarlas no tenemos idea de si están llegando bien a los niños, pero por la desesperación las estamos moliendo».
Las clínicas de Atención Integral a cargo del ministerio de Salud atienden a 20 mil 26 pacientes con VIH a nivel nacional. Entre ellos, 445 menores de 5 años.
En Comunicación Social del ministerio de Salud responden que el programa Nacional VIH conformará un comité para la revisión del Plan de compras 2023, a fin de asegurar que los antirretrovirales de los esquemas actuales estén presentes y en las cantidades requeridas.
Afirman que también se solicitó apoyo a OPS y al Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) para buscar la donación de los medicamentos pediátricos y que estén disponibles a la brevedad posible.
La diputada Evelyn Morataya, quien ha investigado el tema, dice que una de las causas del desabastecimiento de medicamentos para niños y adultos, es la falta de planificación en los programas y los constantes cambios de directivos en el Programa Nacional de VIH.
«Los más afectados han sido los niños. En las clínicas a los pacientes les dan medicamentos para siete días y no para tres o seis meses, de acuerdo a los informes que me han dado hay medicamentos que están en 0. Tienen un abastecimiento parcial y un desabastecimiento total. Salud no soluciona el problema, los pacientes vienen cada semana, pagan Q300 o Q1,000 en pasajes, hospedaje y alimentación».
Los medicamentos faltantes para los niños son Zidovudina, Avacabir y Lamivudina. La problemática viene desde abril último, tanto para adultos y niños dice Zulma Calderón, encargada de la unidad de Supervisión de Hospitales de la Oficina del Procurador de Derechos Humanos. Según sus investigaciones, se debe a la baja producción mundial de jarabes para tratar el VIH en niños, ante el avance de otros protocolos. La funcionaria afirma que en el hospital Roosevelt, donde se atienden a 174 niños, se han adaptado nuevos tratamientos desde junio último.
«Si ellos pudieron ¿por qué los otros no? Adaptaron a los niños a los medicamentos disponibles y aprobados mundialmente. Los médicos del Roosevelt nunca han manifestado que no tienen tratamientos para estos pacientes y de su presupuesto invierten Q56 millones al año en esa clínica. Nuestra recomendación es que Salud replique esas prácticas en las 17 clínicas».
Aunque no hay incremento de casos, los contagios en menores de 5 años se mantienen en el país debido a que son infectados durante el embarazo y el parto, especialmente en las zonas rurales, donde las madres no se practican análisis y no saben que están contagiadas.
«A todas las madres embarazadas se les debería hacer la pruebas, si resultan positivas, se les puede dar tratamiento a tiempo para que estén bien y no contagien a sus hijos. Hemos visto que las comadronas no están capacitadas porque no existen programas para ellas, muchas no hablan español».
Jorge López, director ejecutivo de Oasis, entidad que promueve y defiende los derechos de las Comunidades de la Diversidad Sexual, refiere que menos del 70% de las mujeres embarazadas se realizan pruebas de VIH y solo la mitad de las que tienen diagnóstico positivo tiene acceso al tratamiento. Mientras que el riesgo de transmitir el virus al neonato es de un 45%, pero si recibe terapia se reduce a 3 o 0%.