Autor: Juan Luis Font

La llegada de un gobernante acostumbrado a negociar, a transar, abre la posibilidad, no sin sacrificio propio, de un trato.

Jose Rubén Zamora salió de la cárcel por una casualidad: su petición llegó a un juez suplente. No a uno de los del combo de la impunidad para la corrupción.

El legado del extinto alcalde no se limita al basurero de la zona 3 y el desabastecimiento de agua en la capital. El caos vial lleva su marca y la de su heredero político.

Participa en todos los actos protocolarios pero se niega a arremangarse la camisa. Le gustan los discursos líricos pero rehuye la batalla.

La bancada del partido Movimiento Semilla ha perdido la inocencia de manera cruenta. En el Congreso apenas cuenta con aliados.

Aún no hay acuerdo pero tres grupos liderados por el partido Semilla, Luis Aguirre y Nery Ramos parecen focos de poder.

Llegará el momento de poner en evidencia y sancionar a quienes destruyeron al Estado democrático.

La mejor herencia para los hijos de nuestros hijos.  

La vergüenza de verse a sí mismos parecidos a los acólitos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

La tarea que se impone el gobierno de Bernardo Arévalo dejará intacto el bien amado sistema nacional de mercado.

La lealtad del Presidente se muestra mayor hacia el sistema de justicia pervertido que hacia un cuadro de su partido cuya inocencia le consta.

En el Congreso, en la lucha contra la corrupción (a partir de la evasión) y en la batalla por las Cortes, el antiguo régimen pierde la ofensiva.

El Ministerio Público incrementa la presión sobre sus rehenes porque percibe una acción de ellos para terminar con su reino.

¿Qué ha logrado la Fiscal General en estos meses? La libertad de los corruptos, es cierto, pero no les ha podido devolver el control del Presupuesto. Y eso quieren.

El gobierno se defiende con dificultad en un panorama en el que sus opositores le cierran todos los espacios y los fiscales y jueces y magistrados les acechan.

El alcalde pinta un marco útil para entender por qué los diputados y la Corte de Constitucionalidad se oponen a las medidas del Ejecutivo.

En una democracia auténtica, Frank Bode habría entregado ayer mismo su renuncia al cargo.

La polarización es nefasta. Pero ignorar las causas que la alimentan puede ser mucho peor.